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Prueba del Volkswagen Golf GTI Clubsport. ¡Así debe ser un GTI!

Golf Clubsport

Unos enérgicos 300 CV y óptica más radical: solo poco después del GTI básico, Volkswagen trae una versión Clubsport con mucha más pimienta. ¡En AUTOBILD ya lo hemos probado!

El Volkswagen Golf GTI actual no tiene nada reprochable. Se conduce rápido, se conduce con limpieza, se conduce mejor que su predecesor. Todo como debe ser. Solo que, en el apartado de las emociones puras, se ha quedado parcialmente en el camino. 

Zaga del Golf Clubsport

¿Sonido? Bien ¿Óptica? Al menos por detrás, para los no expertos, solo es realmente reconocible como un GTI por las letras. Pero hete aquí que Volkswagen ya tenía una segunda bala en la recámara. Se llama GTI Clubsport y ofrece (casi) todo lo que los más fanáticos de la adrenalina pura pueden echar en falta en un GTI básico.

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De 0 a 100 km / h en 5,6 segundos

El cambio más obvio, al menos sobre el papel, es el gran salto en el rendimiento: de 245 a la friolera de 300 CV. En lugar de 370, ahora hay 400 Nm de par. Pero lo mejor es que dejemos a un lado las frías cifras y abordemos una carretera rural. 

Llanta del Clubsport

Lo primero que percibo: la patada es definitivamente notable. La forma en que el EA888 de cuatro cilindros empuja ya desde las 2.000 vueltas y gira con avidez hasta las 6.000 es un verdadero placer. 

El DSG de serie de siete velocidades se desplaza por regímenes con la vehemencia habitual. Las ruedas delanteras llevan bien la potencia a la carretera, pero el uso del gas siempre debe estar bien dosificado para evitar resbalones. 

Morro del Golf Clubsport

No se nos permite medirlo todavía, pero los 5,6 segundos prometidos por Volkswagen para alcanzar los 100 km/h desde parado parecen plausibles. ¡Y finalmente el sonido es el que demandábamos! Silbido de admisión, silbido del turbo, escape de válvulas rugiente, deliciosos estallidos de encendido programadas al bajar de marcha y quitar el gas… todo está allí, y a pesar de que proviene del OPF artificial, está muy logrado. 

La zaga también colabora en las curvas

Por más poderoso que sea el rendimiento, los nuevos frenos y la configuración de la suspensión merecen los mayores elogios. Son la razón principal de la diversión que el Clubsport trae consigo en los sinuosos caminos rurales, incluso con los neumáticos de invierno en los que estaba nuestro coche de prueba. 

Escapes del Clubsport

Ahora se utilizan discos perforados y pinzas más grandes en el eje delantero, y los frenos son 600 gramos más ligeros en cada lado. Gracias a una inclinación del eje delantero más negativa y una bajada de un centímetro, el Golf de 1.461 kilogramos se puede lanzar en las curvas con precisión y con poco balanceo de la carrocería. 

Además del bloqueo del diferencial electrónico y los amortiguadores ajustables opcionales, el bloqueo del diferencial del eje delantero electromecánico ahora también está integrado en el controlador de la dinámica de conducción. 

Faldón del Golf Clubsport

Con esto, Volkswagen casi ha eliminado el subviraje en el Clubsport. Con el ESP en modo Sport, la parte trasera incluso se apalanca hasta cierto punto. E incluso con neumáticos de invierno, al dar gas de forma prematura en la curva te guía por la trayectoria correcta de salida, en lugar de empujar hacia el exterior. 

La dirección es un poco sintética, pero da una buena respuesta. El único inconveniente es la caja de cambios, que cambia hacia arriba en modo manual al atacar la zona roja, en lugar de mantener las marchas. Una pena.

Genes de circuito

Volkswagen ha desarrollado el “modo de conducción Nürburgring” exclusivamente para los Clubsport. Este programa sitúa el motor y la transmisión en Sport, y mantiene el chasis blando. Según la marca, el Clubsport debería mejorar en 13 segundos en el Nordschleife. 

Alerón del Golf Clubsport

Pero con todo esto, el GTI sigue siendo un Golf de manual, también como Clubsport. Eso significa que puedes rodar en tu vida cotidiana fácilmente, en el modo Confort. Incluso con los neumáticos opcionales de 19 pulgadas, todavía tienes una reserva de confort que lo hacen llevadero para el día a día. 

¿Y la óptica? 

Aquí Volkswagen ha introducido algunos detalles muy acertados. El faldón delantero rediseñado con su parrilla de malla gruesa y luces antiniebla parece más voraz que nunca. Una franja decorativa en el lateral cita al GTI original, mientras que la parte trasera está dominada por el gran alerón del techo y los tubos de escape más gruesos. ¡Así es como debería verse un GTI! 

Cockpit del Golf Clubsport

Desafortunadamente, no se puede decir lo mismo del interior. A excepción de las nuevas fundas de los asientos, nada ha cambiado aquí, y ya decíamos del cockpit del GTI básico que no remitía precisamente a un circuito de carreras. 

Paletas de cambio más grandes y asientos de Alcántara con algo más de agarre aquí y allá ciertamente no le habrían venido mal al estilo deportivo de esta variante. Además, no hay un solo logotipo de Clubsport estampado en todo el automóvil.

Valoración

Nota9

Unos enérgicos 300 CV y óptica más afilada: solo poco después del GTI básico, Volkswagen trae una versión Clubsport con mucha más pimienta. ¡Ya lo hemos probado!

Lo mejor

Comportamiento, prestaciones, diseño exterior, practicidad diaria

Lo peor

Consumo elevado, diseño interior burgués, dirección algo sintética

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