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Toyota Land Cruiser 3.0 D-4D VXL Auto

El nuevo Toyota Land Cruiser, en su versión tope de gama con cambio automático, incluye un paquete de interesantes ayudas a la conducción 4x4 que te harán la vida más fácil fuera del asfalto

Quién lo iba a decir. El Toyota Land Cruiser, uno de los máximos exponentes de la conducción todoterreno más purista, y, por ende, menos proclive a que la electrónica influya en su comportamiento, monta en su nueva generación una serie de elementos tecnológicos que pueden hacer parecer experimentado al más novato de los conductores.

Claro que este novato debe tener 51.150 euros, en el caso de esta versión premium de tres puertas, denominada VXL auto. Por este precio adquirirá de golpe un requisito indispensable en la conducción todoterreno: experiencia en diferentes superficies. Esto es posible gracias al Multi Terrain Response. Este sistema regula la electrónica, dependiendo del terreno por el que transites, para conseguir la máxima eficacia. Se activa desde la tecla del volante que te da acceso al ordenador. Entonces aparece un menú con cuatro modos que incluyen barro y arena, roca suelta, rocas y una última opción denominada Mogul, que debes elegir para aprovechar al máximo la tracción en cualquier situación. El único inconveniente que plantea este ingenio es que nunca puede ir asociado al cambio manual, sólo al automático. Éste último resulta ideal para no castigar al embrague en conducción offroad, pero en carretera se muestra perezosa y cuesta exprimir los ya justos 173 CV del 3.0 litros turbodiésel.

Otro de los puntos delicados en el campo es la visibilidad, que, en lugares angostos, es reducida. Normalmente toca bajarse del coche y ver por donde estás pasando. Este inconveniente es subsanado por un sistema de cuatro cámaras: una con visión delantera de 190 grados, dos laterales y la trasera. Gracias a ellas podrás controlar lo que ocurre alrededor del coche, aunque si la óptica se mancha de barro, la imagen perderá nitidez. Cuando no puedas recurrir a ellas, este todoterreno esconde otra sorpresa en la manga: un gráfico en el ordenador que te indica hacia donde están giradas las ruedas, al más puro estilo Range Rover.

Pero la joya de la corona es el Craw Control (sólo con cambio automático). Este sistema te permite avanzar por terrenos complicados sin tener que pisar freno o acelerador, a una velocidad de entre 0,8 y 5 km/h. Tan sólo echo en falta el eficaz control de estabilizadoras KDDS, (solo lo llevan los Limited 5p) para mitigar los cabeceos de la carrocería.

Por supuesto, este compendio tecnológico viene acompañado de elementos de confort como el climatizador trizona, arranque sin llave, asientos de cuero y un largo etcétera que te harán la vida más fácil. Aunque todavía te la podían hacer más: quizás haya conductores que deseen equipar sólo algunos elementos, para conseguir una relación precio/prestaciones 4x4 más favorable. Pero esta versión sólo ofrece en opción navegación por disco duro con equipo de audio de 12 altavoces y pintura metalizada.

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