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Prueba: Chevrolet Camaro 4 cilindros. ¿Auténtico?

Después de probar el V8, nos ponemos al volante de la versión con la mitad de cilindros, y en línea. ¿Un pecado en un muscle-car americano? En esta prueba del Chevrolet Camaro Camaro 4 cilindros comprobamos, sorprendentemente, que menos no siempre es peor.

Chevrolet se pone acorde con los tiempos. La sexta generación del Camaro se ofrece también con motor gasolina de dos litros, con cuatro cilindros turboalimentados. No sabemos si tomárnoslo como un avance o un sacrilegio. Lo comprobamos al volante. Prueba: Chevrolet Camaro Cabrio 4 cilindros. ¿Auténtico?

¡No te pierdas la prueba del Chevrolet Camaro V8!

Nuestra unidad de pruebas, en versión descapotable (que para eso estamos en verano) celebra el medio siglo del modelo, por eso es una serie "50 Edition". Lo rodeo y compruebo que la última generación logra mantener la poderosa estampa del mítico muscle-car, pero más compactado. O sea, mejor. Pero enseguida compruebo el detalle que delata su "rebaja" de cilindros: detrás, en lugar de los cuatro escapes de siempre, me encuentro con dos. 

Es el motor de acceso, y eso tiene algunos beneficios, aparte del precio: la marca anuncia un consumo de 8,1 litros a los 100 kilómetros. Antes de darle al botón de arranque, detengámonos en el motor. Abro el capó, y veo que el bloque se ve inusualmente pequeño en el enorme vano motor del coche. Es normal: aquí debe alojarse también el V8 de 6,2 litros. Una vez visto, cierro el capó de nuevo y entro en el habitáculo. Llega la hora de comprobar cómo se comporta. 

Desde las primera curvas me queda clara una cosa: con un motor más pequeño, el Camaro se vuelve mucho más ágil. La dirección responde aún más directa y comunicativa, y enseguida se nota que este modelo de acceso pesa 80 kilos menos respecto al de ocho cilindros. 

Más que al volante de pesado y voluminoso muscle-car, me siento como en un eficaz deportivo europeo. Y el motor, aunque más pequeño, acompaña: entrega 400 Nm a 3.000 vueltas, y los 6,1 segundos que anuncia la marca para pasar de 0 a 100 km/h me parecen del todo realistas. Gracias al sistema Noise Cancelation, el estruendo del motor se queda fuera, aunque el sonido que llega, aun siendo un cuatro cilindros, es bastante deportivo. 

Camaro

Me empaña la sensación general un cambio automático algo letárgico, que se ve sobrepasado para cambiar de marcha al ritmo que marca un coche tan prestacional. A este cuatro cilindros en línea le habría sentado mucho mejor el cambio manual del V8. Al menos, el automático tiene un modo secuencial que permite apurar un poco más cada relación.

Conclusión

Queda claro que el cuatro cilindros es un motor más que suficiente para sacar lo mejor de este coche. El nuevo Camaro ya había demostrado en esta generación, con el V8, que se ha convertido en un eficaz deportivo, algo que se acentúa en esta versión por su menor peso y un chasis que anda más sobrado. Si aun así echas de menos el sonido de un V8, también lo tienes: pero deberás pagar unos 6.000 euros extra. ¿Estás buscando un deportivo? Entra en nuestro recomendador y lo encontrarás rápidamente. 

¿Buscas un punto de vista diferente? Mira la prueba del Chevrolet Camaro SS de nuestros amigos de Top Gear.

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