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Prueba Audi R8 2015: un sueño de 190.000 euros

Todos tenemos sueños. Y algunos se pueden hacer realidad. Como el Audi R8 2015, todo un sueño de 190.000 euros para la versión de 540 CV que pueden convertirse en 215.000 si optas por el ‘Plus’ el coche de serie de Audi más potente y rápido fabricado jamás y que pone bajo tu pie derecho nada menos que 610 CV. ¿Quieres saber cómo ‘arranca el asfalto de cuajo’?... sigue leyendo.

Alcanzar los primeros 100 km/h desde parado en 3,2 segundos, llegar a los 200 km/h en menos de 10 o poder ver en su velocímetro los 330 km/h de velocidad máxima. ¿Estoy soñando? No... son las cifras del nuevo Audi R8 2015, la segunda generación de este modelo y su deportivo más potente y rápido creado hasta la fecha, gracias a los 610 CV de su motor V10 de 5,2 litros.

Si quieres ver todos sus datos, puedes verlos en este artículo. Porque yo te voy a hablar de sensaciones. O mejor dicho, de alucinaciones.No me voy a andar con remilgos. Me vas a perdonar la expresión, pero son las mejores palabras que encuentro para describirte cómo empuja este coche: con ‘mucha mala hostia’ (y te vuelvo a reiterar mis disculpas por tan malsonante afirmación). Y es que al pegarle un pisotón al acelerador se acumulan las sensaciones... visuales, auditivas... La carretera comienza a pasar bajo sus ruedas muy, muy deprisa. Y lo hace con el sonido de su V10 bramando literalmente en tus orejas, por su ubicación trasera.

Aquí no hay ahogos, vacíos ‘pre-turbo’. Nada de eso. Esta maravilla de la ingeniería mecánica empuja en todo su rango de forma progresiva, para llegar sobre las 8.000 rpm a producirte una especie de orgasmo. Y es que es difícil de creer y de sentir que este Audi R8 pueda acelerar de esta forma. Claro que se vale de una eficaz tracción quattro integral que puede mandar toda la fuerza a un eje o a otro para mantener las cosas en su sitio y que no se desmande.

Por eso, junto a un chasis que ha ahorrado un 15% de su peso, pero que a la vez ha incrementado su rigidez respecto a la anterior generación en un 40%, trazar las curvas del complicado Circuito de Portimao se convierte en una experiencia placentera. Porque además, se conduce fácil. No hay que ser un piloto de manos expertas para llevarlo al límite. Y se agradece. La primera generación era más nerviosa, el morro se quería salir de la trazada ideal con más vehemencia. Este no. Puede que comience a deslizar, pero lo hace de una forma muy noble, avisándote de que estas llegando a sus límites físicos. Y te puedo asegurar que están muy lejos. Además, si no tocas la electrónica, y de una forma nada brusca, cortará la inyección para ayudarte a retomar la buena senda.

Su cambio, por supuesto, es automático de doble embrague, un S tronic de siete velocidades. Lo suficientemente rápido para ayudarte si quieres emular a cualquier piloto de renombre. Además, en su modo secuencial, manejarlo a través de las levas del volante, te acerca más a ese mundillo de ‘superhombres’ en el que una centésima de segundo puede significar la diferencia entre la gloria y el desastre. Y no cambia solo al llegar al límite de revoluciones. Simplemente corta la inyección y espera a que tú cambies. Esto me encanta. Porque es de auténtico deportivo. Algunos vehículos que también presumen de ello, no te lo permiten y cambian ellos solos. Nunca lo he entendido. Si para eso ya tengo el modo automático...

Además, y si las condiciones del asfalto se complican, no temas, este espectacular Audi tienes tres modos de conducción que puedes visualizar en sus relojes y que te facilitarán las cosas: ‘dry’, ‘wet’ y ‘snow’, para seco, mojado o con nieve. Modifica los parámetros de la electrónica y suaviza la entrega de potencia para ‘intentar’ que toda llegue al suelo.

Eso sí, si la carretera no es fina y presenta irregularidades, notarás como debes hacer pequeñas correcciones con su deportivo volante. Pero su nobleza se impone y es muy difícil y la carretera tiene que estar muy ‘rota’ para meterte en problemas serios.

También he podido conducir la versión más ‘pequeña’ del Audi R8 2015, con 540 CV (también 540 Nm de par contra 560 Nm de la versión Plus) y, si te digo la verdad, puede que empuje un poco menos en la parte alta del cuentavueltas, pero la diferencia es difícil de apreciar. Su cifra de aceleración de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos es solo 0,3 segundos más alta que la del Plus, así que, con estos datos entenderás que notarlo es muy complicado.

Además, no todo es potencia bruta en este coche. También equipa la última tecnología en materia de ahorro de combustible. Con los sistemas ‘Start-Stop’ (arranque y parada automáticos), ‘cylinder on demand’ (desconecta varios cilindros si el nivel de carga es bajo) y ‘coasting mode’ (modo de conducción a vela en la que desacopla el embrague) consigue un ahorro de un 13% en el consumo respecto a su predecesor, quedándose en una cifra de gasto medio ‘teórico’ bastante comedida para este tipo de vehículo: 12,3 l/100 km (11,4 para el V10 ‘normal’).

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Seguramente este último dato no te importe mucho, pero todos los demás sí... y es que si puedes permitirte los 191.870 euros del modelo V10 de 540 CV o incluso los 214.870 del V10 Plus con 610, no te lo pienses. De verdad. Porque vas a ir sentado en un auténtico sueño... de carreras.

Prueba Audi R8 2016 (Por Kike Ruiz)

Estoy sentado al volante del Audi R8 2016 más potente jamás construido: 610 CV de potencia y 560 Nm de par que pueden hacerte olvidar de un plumazo la bronca del jefe de principios de semana o la tediosa reunión que tuviste el jueves. Y como suele pasar en estos casos, lo mejor es dejar a un lado las frías cifras y pasarse a experimentar lo que significan. Aceptas el reto, ¿verdad? 

Lo primero, colócate bien en esos asientos de cuero tipo bacquet que tienen mil y un ajustes para que se adapten a tu espalda. Mira a tu alrededor. Todo lo que ves no es obra de tu imaginación. En Audi se han tomado muy en serio el apartado interior y la revolución es un hecho. Nada de esto recuerda ya al pasado Audi R8 Coupé. Para empezar, habría que dar un aplauso al que decidió poner el botón de arranque en el volante. Los mandos del climatizador son espectaculares y, como instrumentación, no te pierdas esa enorme pantalla configurable con la que puedes personalizar la información que quieres recibir. Entre los asientos, la palanca del cambio automático de doble embrague (con siete relaciones) y el MMI Touch. Todo dispuesto de una forma muy lógica e intuitiva y con una calidad que raya la perfección. 

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Pero pasemos a la acción de una vez por todas. Por concepto, el nuevo Audi R8 2016 no ha variado nada, lo que no deja de ser una gran noticia. Se mantiene el poderoso motor V10 respirando detrás de tu nuca y toda la energía la descarga a los dos ejes de una forma supereficaz que luego te explicaré. Lo primero es lo primero: aprieta de una vez por todas ese botón rojo del volante. La explosión de decibelios resuena por todo el garaje y los 10 cilindros se ponen a rugir como un demonio. No existe nada más en ese momento. Es música para los oídos. Sales a la calle y te concentras en lo único que tienes que hacer: conducir. 

No pasas desapercibido, pero ni te das cuenta. Estás más ocupado en elegir el modo correcto de conducción del Audi Drive Select, algo inédito hasta ahora. En ciudad es mejor que vayas en Comfort, ya que eso hace que los músculos de este R8 se relajen. No es cómodo, pero sus suspensiones son bastante más llevaderas. La dirección, con asistencia eléctrica, gira suave, aunque a una velocidad increíble. Es rápida y requiere adaptación porque gira mucho con un mínimo movimiento de volante y al principio vas a ir corrigiendo continuamente la trayectoria.

Llueve ahí fuera, pero es hora de exprimir la mecánica y ver hasta dónde es capaz de elevar mis pulsaciones. Con buen asfalto, el modo Dynamic se hace imprescindible, ya que prepara al R8 para que todas sus reacciones sean instantáneas. De esa forma, acaricias el pedal derecho y los diez pistones responden acelerando a este Audi hasta donde la razón y tus manos son capaces de asimilar. Lo mejor es que con estas condiciones de mojado, la tracción quattro se hace imprescindible para trasladar al suelo cada caballo que demando. Los ingenieros de Ingolstadt han perfeccionado su funcionamiento. Para empezar, ambos ejes se acoplan con un embrague multidisco que controla la electrónica, gracias al cual puede pasar el 100% de la fuerza al eje trasero o al delantero en función de la adherencia de cada rueda.

Pero hay más: el eje posterior de este Audi R8 cuenta además con un autoblocante que hace que tengas mucha más tracción al acelerar a la salida de las curvas. ¿Resultado? Cada pisotón al pie derecho provoca que el nuevo R8 2016 salga disparado hacia delante. Casi da igual que la carretera esté mojada como ahora. Gran culpa la tiene un chasis que también se ha puesto al día y ahora es un 40% más rígido y un 15% más liviano. 

Como puedes ver, todos los capítulos en el Audi más deportivo de la gama han sido revisados para poner contra las cuerdas a la competencia y siempre con el Porsche 911 en el punto de mira. Este R8 Coupé es mejor deportivo que antes, de eso no hay duda. Se nota desde el mismo momento en el que te pones al volante: tienes 610 CV esperando tus órdenes, pero créeme que nunca antes un deportivo de este calibre se había conducido con tanta facilidad y tan rápido. Vas pegado al suelo y sus reacciones son tan progresivas como intuitivas.

Valoración

Nota9

Todos tenemos sueños. Y algunos se pueden hacer realidad. Como el Audi R8 2015, todo un sueño de 190.000 euros para la versión de 540 CV que pueden convertirse en

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