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Lexus IS 250C, relax al aire libre

Ponerse a los mandos del Lexus IS 250C es un verdadero placer... si solo pretendes ir de paseo. Se trata de un descapotable confortable y silencioso, pero que monta un motor algo perezoso y gastón.

Subirse en un Lexus siempre es una experiencia agradable. Es verle la cara al concepto premium en su estado más puro. Quizá en los modelos más altos de la marca se hace más visible esta idea, pero también en el cabrio IS 250C uno se ve envuelto en esa atmósfera tan exclusiva.

Seguramente el lujo no responda solo a la elección de buenos materiales, de un diseño cuidado o de unos ajustes hechos con mimo. No, no se trata exclusivamente de eso. Es, más bien, saber crear un clima refinado, donde el conductor y los pasajeros se sientan como en casa cuando empiezan a viajar. En este coche el chasis se comporta de forma agradable, los asientos son muy cómodos, el motor parece producir una melodía zen... Por decirlo de alguna manera, viajar en este japonés de lujo es como pasar un rato en un spa: un 
auténtico relax. Y más aún si lo que tienes entre manos es la versión descapotable. Con su techo duro retráctil, en apenas 20 segundos pasas de tener un coupé a un descapotable con el que disfrutar del viento en la cara. Buen plan para una época como esta, ¿no?

Pero hay algo en este modelo de la marca de lujo de Toyota que le hace perder puntos frente a la competencia: el motor. Si hace un momento te contaba que es suave como la seda, ahora me toca decir que eso no es suficiente. Una marca como Lexus, a la vanguardia en tecnología, debería ofrecer un propulsor con buenas prestaciones y, además, eficiente. Y el V6 que hay bajo el capó no es ni lo uno ni lo otro.

En la era de los pequeños motores turbo, este se ve anticuado porque solo responde con algo de viveza cuando gira muy alto de vueltas y, a pesar de sus 208 CV, las prestaciones se quedan cortas por su caja de cambios automática de desarrollos eternos. Eso por no hablar de un consumo medio real que pasa de los 
10 l/100 km. Ya en la variante carrozada se notan estas deficiencias de rendimiento, pero en el caso del modelo convertible se hace patente en mayor medida porque pesa 125 kilos más. Por ello y porque es la única opción mecánica que puede elegir el cliente, creo que esta es la asignatura que debe superar la versión descapotable del Lexus IS 205C.

Por lo demás, me han sorprendido gratamente dos cosas que tienen que ver con la habitabilidad. La primera es que en sus plazas traseras no se viaja nada mal por el espacio disponible y por la postura que ofrecen. Esto es algo poco habitual entre los cabrios de tamaño medio. La segunda es que su maletero es grande y aprovechable: 420 litros con el techo puesto es una cifra a tener muy en cuenta. Además, curiosamente tiene un volumen mayor que el de la berlina, cuando en la mayoría de casos suele ser al revés.

¿Y el precio? 63.585 euros significan una factura muy elevada, que ni su gran nivel de equipamiento puede justificar.

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