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Prueba Audi A1 Citycarver

Más alto y con paragolpes más agresivos

El segmento SUV vende más que nunca, y de hecho es uno de los pocos segmentos que se están salvando. Y es por eso que cobra sentido la prueba del nuevo Audi A1 Citycarver.

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Echa un vistazo al vídeo de la prueba del Audi A1 Citycarver

Como puedes ver en las imágenes, se trata de un Audi A1 con una estética más rotunda. Tiene protecciones en los pasos de rueda, una calandra negra con el estilo de los SUV del grupo y paragolpes específicos en el que en lugar de tres entradas de aire, hay dos. Sí, también cuenta con una suspensión sobreelevada. En realidad lleva unos muelles más largos que suben la carrocería 3,5 centímetros, mientras que las ruedas, que son más grandes, aportan 15 milímetros más, por lo que la altura total del coche es 50 mm mayor con respecto al A1 normal.

Prueba del Audi A1 Citycarver

Y bueno, lo cierto es que por dentro eso de A1 normal cobra fuerza, porque estoy ante un habitáculo idéntico al del resto de la familia. Hubiera esperado algún detalle en el volante o quizá en la zona frontal del salpicadero para recordarme que he pagado algo más (2.000 euros adicionales) por este modelo, pero lo cierto es que, tal y como está, tampoco queda nada mal: unas molduras en color y poco más necesita.

La gama de motores del Audi A1 Citycarver se compone de dos tricilíndricos de 999 cc con 95 y 116 CV y más adelante s ele unirá un cuatro en línea con 150 y desactivación de cilindros. En cuanto a coches híbridos, en principio ni están ni se les espera. El A1 que estoy conduciendo lleva el motor 30 TFSI de 116 CV y 175 Nm con el cambio automático S-Tronic. Sobre el papel puede parecer poca potencia, pero al ser un modelo eminentemente urbano, te puedo asegurar que es más que suficiente.

Presiono el botón de arranque y escucho el típico sonido de un tres en línea, aunque bastante amortiguado y nada desagradable. El tacto de los materiales y la postura de conducción es la que te esperas en un coche de este tamaño que cuesta 24.000 euros: acabados casi impecables, materiales bien escogidos y, sobre todo, una usabilidad muy conseguida.

La pantalla de la consola central sirve para controlar casi todos los parámetros del coche. Para mi gusto, que prescindan del mando giratorio que tan bien funcionaba es una pena, pero lo cierto es que el paso del tiempo me está endurenciendo el corazón y cada vez me duele menos. También ayuda que el climatizador tiene controles físicos, por lo que no tienes que andar desviando la vista de la carretera para cambiar entre pantallas si quieres subir la temperatura y cambiar la emisora de radio.

Además, si pagas por el Virtual Cockpit recibes un cuadro de relojes que es de lo mejorcito. Aquí puedes toda la información que necesitas y jugar con las dos pantallas del coche para tener la información que quieres.

Prueba del Citycarver: ágil en ciudad

En marcha se siente ágil. El nuevo A1 Citycarver de la prueba monta las llantas intermedias de 17 pulgadas (van desde 16 hasta 18”) con unos Falken de 205/55, por lo que tengo bastante goma en el flanco para absorber las irregularidades del asfalto. En marcha se muestra ágil, quizá también ayudado por los 1.200 kilos que pesa. Tal y como están las cosas, es de agradecer no tener que hablar de tonelada y media para un coche de poco más de cuatro metros de largo...

El motor se comporta. Estira con alegría y aunque las prestaciones son las que son, en general no vas a echar de menos más potencia. El tres en línea sube de vueltas con alegría y desde las 2.000 vueltas el bloque está en su máximo esplendor ofreciendo todos los newton metro que es capaz de ofrecer.

Audi A1 Citycarver

Pero es cierto que este Audi va a vivir mayoritariamente en terreno urbano o interurbano. Entre semáforos es agradable de utilizar también. Sales desde parado con alegría, especialmente si pagas por el selector de modos de conducción y lo pones en Sport. Es cierto que ‘solo’ es cuatro centímetros más alto, pero disfrutas de una mejor sensación de visibilidad, por lo que tienes más confianza a la hora de callejear o de meterte en ese hueco que el conductor del coche de detrás no quiere que sea tuyo.

Para terminar la prueba del Audi A1 Citycarver, quizá deberíamos echar un vistazo al interior. Como en todos los Audi, la calidad de acabados está fuera de toda duda. Puede que tenga mis reparos con la gran pieza de plástico negro que rodea la palanca del cambio, pero agradezco a los diseñadores que no hayan optado por el negro brillante: con las huellas de la pantalla tengo más que suficiente.

Espacio interior del Citycarver

También me gusta la habitabilidad posterior. El tamaño es el que es, pero si delante llevas a personas de estatura normal e incluso moderadamente altas, no vas a tener ningún problema con tus rodillas. Quizá la única pega es que la cabeza queda demasiado cercana al pilar C, por lo que en zonas de curvas quizá llegues a rozar en algún momento...

 

Valoración

Nota8

Hemos probado el Audi A1 Citycarver, un modelo muy ciudadano con aspecto campero que se quiere subir al carro de los SUV urbanos con una estética rotunda.

Lo mejor

Estética diferenciada, buen aprovechamiento del interior

Lo peor

Espacio para la cabeza detrás, acceso al maletero alto

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