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Soy un preparacionista, pero no como te piensas (y con Ferrari y Porsche en el punto de mira)

Porsche 911 GT3 beso

Está claro que hay que tener un plan de vida y anticiparse a cosas que acabarán pasando de cualquier manera, como que te toque un Euromillón de infarto

Dentro de mi cabeza hay caos. Mil ideas (999 de las cuales no llevan a ningún sitio), mil pensamientos, 10.000 chistes malos dispuestos a atacar... 

Suelo estar maquinando cosas que, luego, se quedan como la espuma de la cerveza que te echas en el vaso de mala manera: en la nada más absoluta y ridícula.

A veces escribo mentalmente las pruebas y reportajes pendientes y, cuando me pongo delante del ordenador, intento rescatar esas ideas que muchas veces no puedo recordar.

Pero aunque soy un poco caótico y desordenado, la verdad es que tengo algo muy claro. Soy un preparacionista... aunque probablemente no como te piensas.

El preparacionismo, survivalismo o bushcraft es una tendencia en la que sus seguidores se preparan para afrontar todo tipo de emergencias, desde una Filomena a traición hasta una posible guerra nuclear.

La M-30 tras el paso de Filomena por Madrid

A mí me gusta mucho la naturaleza, la acampada, las rutas por la montaña, sí, pero no soy de esos. Aunque podría sobrevivir porque he visto las 11 temporadas de The Walking Dead y sé cómo funcionan las cosas ahí fuera, yo me preparo desde el punto de vista automovilístico. Me explico.

Imagínate que un día tonto compruebas el Euromillón y resulta que te han caído 150 millones de euros. ¿Qué haces? 

Tras llamar a tu jefe para rechazar el enésimo aumento de sueldo, desde luego no te puedes quedar parado porque la situación te acaba comiendo. Lo saben esos políticos a los que les toca el gordo varias veces. 

Yo lo tengo bastante claro. Lo primero, correría a por un Porsche 356. Quizá dos, porque uno de ellos recibiría una conversión a eléctrico. ¿Que por qué? Porque los ricos hacemos cosas estrafalarias y, además, así te la dejo botando para que me mandes algún correo faltón de esos que tanto me reconfortan.

Un Porsche 911 no se discute, eso está claro. Un GT3 de la generación anterior me vuelve loco, como puedes ver en la foto principal en la que estoy besando a uno con los ojos cerrados y todo.. 

Y seguramente haría como el que pagó más de tres millones de euros en la primera gran subasta del año por uno de mis grandes mitos: el Ferrari F40.

Pero claro, para ir y venir de gestionar mis múltiples propiedades en la ciudad, necesitaría un buen eléctrico (aparte del 356). Seguramente fuera el nuevo Porsche Macan que se presentó hace unos días porque al final los colores le tiran a uno. 

También un todoterreno en condiciones porque está claro que me compraría una buena finca en alguna zona de montaña. Me gustó bastante el Ford Bronco, como puedes ver en este vídeo que terminé de grabar JUSTO antes de quedarme empanzado, aunque para ganarme a mi hijo preadolescente (creo que no lo voy a poder superar), quizá opte por el Ranger Raptor, que es su coche favorito.

Ford Ranger Diésel

Axel Springer España

¿Más? Lógico: algo más flexible. Una Harley Heritage Classic, que soy un nostálgico de los velocímetros con aguja y cosas así. Vale, no corre, no frena... Pero puedes avanzar mejor cuando hay atasco. Y qué estilazo.

¿Y alguna otra cosa? Claro: para mis bicis necesitaría una furgo. Una Sprinter preparada al estilo de la Bruce Banner 4x4 SAS por si tengo que ir por zonas apocalípticas.

Y poco más porque yo creo que, aparte de preparacionista, soy bastante humilde. Unos pocos millones de euros de nada en chapa y ruedas. Ahora, eso sí, me queda lo mejor: empezar a comprar algún décimo. Soy el preparacionista menos preparado.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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