Muchos donuts y humo para este Dodge Charger Hellcat de Hennessey con 1.000 CV. La compañía trabaja en los Hellcat de forma más intensa por el hecho de que se despedirán de la producción el próximo año. Dodge anunciaba el adiós al V8 Hellcat, todo un icono y un símbolo de Mopar. Hablamos de un V8 sobrealimentado por compresor volumétrico que siempre desarrolla un mínimo de 707 CV. Un corazón que montan modelos no solo de Dodge, también de Jeep o RAM.

Hennessey ha trabajado en los modelos de Dodge con este motor, convirtiendo a los Challenger y Charger en coches de 1.000 caballos de potencia. Lo ha hecho gracias a sobrealimentadores, intercoolers y poleas de mayor rendimiento, montando también convertidores catalíticos de alto flujo, cabezales de acero inoxidable y un sistema de ventilación del cárter mejorado.

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Como sabes, estas modificaciones están respaldadas por una garantía de tres años o 36.000 millas, unos 58.000 km. La misma empresa dice que las versiones HPE-1000 están probadas en pista y se someten a un total de 500 horas de pruebas para garantizar su comportamiento. Todos estos modelos han recibido el nombre de Last Call, por la despedida que le está haciendo la marca. Coches que serán o híbridos o eléctricos.

“Durante casi una década, la actualización de 1000 HP de Hennessey Performance ha hecho sonreír a los propietarios de Hellcat. A medida que finaliza la producción del legendario Dodge SRT Hellcat, Hennessey presenta una serie de 50 Challengers y Chargers H1000 'Last Stand' de edición limitada. Únase a nosotros mientras Corey H., cliente habitual de Hennessey Performance, da una vuelta en el primer cargador Hellcat, número de serie n.º 01, H1000 'Last Stand'”, decía la compañía de preparaciones.