Un robot se revela contra un ser humano ¡en directo!

Si eres aficionado al mundo del cine, seguro que conoces un argumento bastante repetitivo en el que un robot o varios cobran vida propia y amenazan la existencia de la humanidad, ¿verdad? Ya son unas cuantas películas las que nos han dado una visión tan apocalíptica de la Inteligencia Artificial. De momento, eso sí, es ciencia-ficción. Pero, ¿y si en alguna ocasión las máquinas cobrasen realmente vida propia? Da miedo pensarlo, y después de lo que te vamos a contar hoy deberíamos quizás empezar a tomar en serio esta posibilidad.

El vídeo que acompaña a estas líneas es cosa de Boston Dynamics, y nos demuestra que los robots de hoy en día ya tienen capacidad para desafiar los mandatos humanos. Si no, solamente tienes que ver el comportamiento del SpotMini que protagoniza la filmación. Se trata de un máquina con aspecto de perro que tiene, entre otras, la capacidad de abrir puertas. Pues bien, aunque la intención del humano es que este robot no salga de la habitación en la que se encuentra, éste lo logra. Y no será porque el hombre no intenta de todo para impedirlo... ¡incluso le llega a tirar de la correa!

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Está claro que estamos ante una demostración preparada y claramente calculada, pero no deja de ser inquietante ver a un robot de estos hacer lo que le viene en gana a pesar de encontrar tantos impedimentos por parte de su 'jefe'. ¿Y si esto fuese real? ¿Hasta qué punto podría llegar la Inteligencia Artificial? Por suerte o por desgracia es algo que no tiene límites, y que las mentes pensantes que se encargan de desarrollarla deberían tener muy bien controlado.

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Así es un aparcamiento robot (4 imágenes)

Quizás el único problema es que hemos visto demasiadas películas de ciencia-ficción en las que las máquinas son el terror más temible del planeta. O quizás no. No hace mucho una mente tan innovadora como la de Elon Musk defendía que la Inteligencia Artificial podría llegar a ser un problema en el futuro. Esperemos que no sea así, porque a nadie le gustaría acabar obedeciendo órdenes de nuestra freidora, o algo similar. ¿A quién no le da miedo solo pensarlo?