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El revolucionario nuevo motor que cambia todo lo conocido del coche eléctrico

Vitesco motor eléctrico

Los coches eléctricos actuales son mucho más avanzados que los que había en el mercado hace 10 años, pero eso no quita que tengan todavía un enorme margen de mejora y evolución por delante. Se suele poner el foco en las baterías, pero hay otros componentes que podrían ser mucho mejores también, como es el caso de los motores.

En el reciente evento del Simposio del Automóvil de Viena, que se celebra en Austria, uno de los principales proveedores de propulsores, Vitesco, ha presentado la cuarta generación de su plataforma para coches eléctricos que cuenta la particularidad de emplear un bloque con unas características bastante revolucionarias que pueden cambiar el panorama de la industria.

Los motores eléctricos que se emplean en la industria del automóvil son una suerte de electroimanes, se basan en el magnetismo que se crea al pasar la corriente eléctrica y para ello tienen que emplear materiales con propiedades magnéticas, lo que se conoce como tierras raras. 

 

Esto tiene varias consecuencias, empezando por el hecho de que encarecen el producto de manera considerable y terminando por que son elementos con los que a la postre es difícil de lidiar, lo que también genera problemas ecológicos.

En esta tesitura, el nuevo motor eléctrico de Vitesco prescinde de las tierras raras y de elementos químicos como el neodiminio, que es muy habitual en los propulsores que se emplean actualmente, y opta por una configuración distinta: emplea un rotor sin imanes permanentes y de excitación separada, en vez de permanente.

La tecnología se ha denominado como 'Máquina Síncrona Externamente Excitada' ('EESM') y lo que hace es emplear bobinas para crear el magnetismo necesario para que funcione el motor, excitándose éstas al pasar la corriente eléctrica por el exterior de la carcasa exterior.

¿Qué ventajas tiene esto? La primera es que es más barato, porque no se emplean tierras raras. Y la segunda que es un propulsor más eficiente, puesto que al no haber un campo magnético permanente que frene el rotor, se puede aprovechar mejor la inercia del coche para circular.

El único pero que tiene es que necesita un módulo de control externo que hace que ocupe un poco más de espacio que un motor eléctrico convencional.

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