La vida está cada vez más cara, es algo patente y que afecta a todos los ámbitos, pero que se está cebando especialmente con el sector del automóvil: el Índice de Precios de Consumo (IPC) de los coches se situó en el 5% en marzo, la cifra más alta de los últimos 28 años. Hay que remontarse a 1996 para encontrar una subida mayor, que fue del 7%. 

Este aumento viene motivado por la subida del IPC general, que durante el mismo mes fue de 9,8%, lo que supone otro récord al que no se llegaba desde mayo de 1985. Por lo que respecta al dato intermensual, la subida respecto al mes previo fue del 3%.

Entre los motivos por los que está produciéndose este crecimiento están la escasez de materias primas, entre la que se encuentra la falta de chips semiconductores, que está derivando en una falta de coches nuevos, que además están subiendo su precio.

Y no solo eso, la falta de stock de automóviles nuevos está provocando a su vez que el mercado de segunda mano también experimente un aumento de precios, con los vehículos disponibles encareciéndose sensiblemente respecto a meses previos.

El resultado de la subida del IPC de los coches (tanto nuevos como usados) es que éstos fueron un 0,6% más caros que el mes precedente, mientras que el aumento de precio acumulado en el primer trimestre del año es del 3,7%.

Si nos centramos solo en los automóviles nuevos, la subida de precio interanual en marzo fue del 5,3%, el mayor aumento desde 2018 y cuatro décimas superior a febrero. En cuanto a los coches de ocasión, el encarecimiento fue de un 4,1% respecto al mismo mes del año anterior y de un 1,1% respecto al mes de febrero.

El sector de las dos ruedas tampoco va mucho mejor: subió un interanual un 4,5%, la cifra más ata desde el 5,4% que experimentaron en abril de 2003. Respecto a febrero el aumento fue del 1,2% y en el acumulado del año ya va por el 2,8%.

Fuente: El Mundo