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Opinión: Motores de tres cilindros, ¿solución de futuro o flor de un día?

Vivimos en la era del downsizing pero, ¿son los populares motores tricilíndricos la mejor opción a tener en cuenta?

Cualquiera que haya vivido durante dos o tres décadas es consciente de que el tiempo, si no es cíclico, si está dividido en etapas que, en muchas ocasiones, son contrarias entre sí. Lo que hoy se denosta, posiblemente en cinco años esté en la cúspide. Lo que se considera imposible o al menos improbable, seguramente domine el futuro a medio plazo. El mundo del motor no es diferente, ya hemos vivido múltiples fases y, en el germen de la era eléctrica, vivimos sumidos en el downsizing, con los motores triclíndricos como protagonistas. La cuestión es la siguiente: ¿perdurarán o acabarán quedando en el olvido?

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Lo primero es evaluar lo que ofrecen, es decir, cuáles son sus ventajas y desventajas, pero no cualesquiera, sino las reales. La bandera que han hecho suya los tricilíndricos es la de los bajos consumos y las emisiones contenidas, lo cual es cierto… en parte. El ahorro de combustible de estos motores pasa por tener menos cilindros quemándolo y, sobre todo, por el hecho de que, al tener un menos, el bloque pesa menos y eso repercute directamente en el consumo. El pero (siempre hay un pero) es que al ser tres en vez de cuatro, está más descompensado, lo cual provoca unas vibraciones (y un ruido) mucho mayores. ¿La solución? Usar contrapesos, algo que limita el beneficio de la pérdida de precio.

La presencia del turbo tiene como principal punto positivo la mejor respuesta a bajas revoluciones, por lo que es más cómodo su uso en situaciones urbanas (el hábitat natural de este tipo de motores). Sin embargo, al sacarlos a pista y tener que mantenerse funcionando a velocidades altas, el consumo se dispara.

También hay que tener el cuenta el tema de la fiabilidad. Como llevan relativamente poco en el mercado, es pronto apra evaluar si tienden a ‘romperse’ más que sus hermanos de cuatro cilindros, pero la lógica dicta que así debería ser: menos cilindros significan que cada uno tiene que trabajar más, el motor va más ‘apretado’, así que los componentes mecánicos tienen que resentirse antes por el uso.

¿Podemos considerarlos una solución de futuro? Lo cierto es que no, al menos no del todo. A medio/largo plazo, vistas las políticas anticontaminación que muchos países y ciudades tienen previsto establecer, todo pasa por la hibridación o la electrificación total de los modelos. A corto plazo podemos apostar sin temor a que los tricilíndricos serán cada vez más y más novedosos puesto que, mientras que no cambien los ciclos de homologación, al menos sobre el papel gastan y emiten menos que los bloques tetracilíndricos, lo que hace que para el público general parezcan mejor opción y sus ventas sigan al alza.

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