Madrid vs París, comparamos sus protocolos de contaminación

Todavía con la resaca del Escenario 3, comparamos los protocolos anticontaminación de Madrid y París.

Lo hacemos porque siempre se ha dicho que Manuela Carmena puso el foco en la capital francesa como ejemplo de lo que hay que hacer para evitar que la polución derivada del tráfico rodado termine siendo un problema para la salud y el bolsillo público (no hay que olvidar que Madrid corre el riesgo de ser multada por las altas instancias europeas). Y que muchas de las medidas que hoy día figuran en el protocolo anticontaminación madrileño son un reflejo de lo que se hace en París.

París: transporte público gratis y multas más baratas

Carmena copió a los franceses en la reducción de la velocidad como primera medida para reducir los niveles de dióxido de nitrógeno. También la idea de que, llegados a cierto niveles, la solución pasa por reducir el número de coches que circulan por el centro a la mitad.

Como su alter ego francesa, Anne Hidalgo, la alcaldesa de Madrid ha optado por controlar qué coches pueden salir y cuáles deben quedarse en casa con el método de las matrículas (los días pares circularán los vehículos con matrícula par y los impares los de número impar). 

Pero olvidó copiar un par de detalles que se nos antojan importantes:

- en París, los días que se limita la circulación de coches particulares, los conductores pueden utilizar el transporte público (léase autobuses, trenes, tranvías y red de metro) sin tener que pagar por él. También es gratuito el alquiler de bicicletas y coches eléctricos (en Madrid disponibles a través del servicio Car2Go o el nuevo eMov).

- los conductores de la capital francesa que incumplen la norma y circulan con su coche aunque no les corresponda se enfrentan a multas de 35 euros que se reducen a 22 euros si se abonan en el momento. En Madrid la sanción es de 90 euros.

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Las excepciones a la limitación por matrículas son idénticas en ambas ciudades: sean cuales sean las tasas de contaminación pueden circular coches híbridos y eléctricos, servicios de emergencia, de transporte público (incluidos los de alquiler con conductor como Uber o Cabify) y los coches con tres o más ocupantes.

En favor del protocolo madrileño diremos que en París se paga por estacionar en toda la ciudad y que en episodios de alta contaminación el límite de velocidad en algunas calles se reduce hasta 20 km/h.

Fuente: La Información