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Por qué los límites de velocidad en ciudad van a incrementar los índices de contaminación

Madrid activa el Escenario 1 por contaminación: ¿por qué ha vuelto la boina si hay menos coches?

Expertos alertan de que los límites de velocidad en ciudad pueden provocar un incremento de los índices de contaminación.

El pasado 11 de mayo entraron en vigor los nuevos límites de velocidad en ciudad. La DGT avala su decisión de prohibir circular a más 20 km/h en vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera; 30 km/h en vías de un único carril por sentido de circulación; y 50 km/h en vías de dos o más carriles por sentido de circulación por motivos de seguridad. Y es así, porque la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que los coches vayan más despacio en espacios urbanos porque así se reduce en más de un 50 % el riesgo de atropello, pero reducir a velocidad tiene otras consecuencias.

Hace unos días, la cadena de reparación Euromaster alertaba de que circular a 20-30 km/h puede incrementar la aparición de averías, especialmente en elementos como el embrague. Hoy hacemos alusión a otro aspecto negativo: el medioambiental.

Los nuevos límites de velocidad elevarán los índices de contaminación

Expertos coinciden en que reducir los límites de velocidad puede tener consecuencias negativas para el medio ambiente. Que los coches no puedan pasar de 20, 30 o 50 km/h en función de la vía (en el manual Tráfico A30 se explican todas las situaciones posibles) supone que deben circular la mayor parte del tiempo en marchas cortas. Esto va en contra de los principios de la conducción eficiente que establece como máxima a cumplir circular el mayor tiempo con marchas largas engranadas.

Las ciudades españolas toman la iniciativa sin esperar a la DGT y reducen su velocidad a 30 km/h

La conducción que menos contaminante establece usar la primera velocidad solo para iniciar la marcha y cambiar a segunda a los dos segundos o seis metros, aproximadamente. A partir de ahí, habría que pasar a segunda, a los 2 segundos o 6 metros, aproximadamente; a tercera, a partir de unos 30 km/h; a cuarta, a partir de unos 40 km/h; y a quinta, por encima de los 50 km/h. Supone esto que, en buena parte de la ciudad no pasaríamos tercera.

Los mecánicos de Euromaster defiende que circular a baja velocidad con marchas cortas hace que las partículas contaminantes se acumulen en el sistema de escape del vehículo, especialmente en el filtro de partículas. Esto puede dar lugar al desgaste prematuro de este elemento y, con ello, a un aumento de las emisiones.

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