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El gesto que todos hemos hecho alguna vez al volante y está totalmente prohibido

paso de peatones

Todos lo hemos hecho alguna vez, sin embargo, este gesto al volante está totalmente prohibido, ya que supone un riesgo para la seguridad de los peatones.

Al conducir un vehículo, nos estamos constantemente comunicando con nuestro entorno. El resto de usuarios de la vía pública deben estar informados en todo momento de nuestras intenciones. Para ello, contamos con luces de freno que avisan de que estamos aminorando e intermitentes que alertan o simplemente informan a otros conductores de que vamos a realizar un giro.

Incluso las luces de marcha atrás tienen una función informativa, aunque también nos permitan iluminar ligeramente la parte trasera para realizar maniobras de aparcamiento, por ejemplo, en parking subterráneos. 

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El gesto que todos hemos hecho alguna vez al volante y está totalmente prohibido

Luego hay gestos que permiten avisar a otros usuarios de la vía. Por ejemplo, los ciclistas o conductores de ciclomotores sin intermitentes, deben realizar un movimiento con la mano para informar a otros conductores de que van a girar.

Sin embargo, hay un gesto que todos hemos hecho alguna vez al volante y está totalmente prohibido. Lo peor, que muchos conductores no saben que es ilegal y, mucho menos, que en realidad supone un importante riesgo para la seguridad de los peatones.

El gesto en cuestión lo hemos hecho alguna vez al llegar a un paso de peatones donde una o varias personas están esperando para cruzarlo. Nos detenemos y con la mano o la cabeza realizamos un movimiento para indicarles que crucen. Este gesto está totalmente prohibido.

En realidad, nuestra obligación como conductores es detenernos ante los pasos de peatones donde alguien tiene intención de cruzar, cediendo la prioridad a los transeúntes a pie. Esto es lo que dice el reglamento de circulación, pero nuestra obligación termina aquí.

Es el peatón el que tiene la potestad de decidir cruzar o seguir esperando. El conductor, al realizar el gesto de que cruce está poniendo riesgo al propio peatón, ya que la persona puede interpretar este gesto como una confirmación de que puede cruzar la calle sin peligro, mientras que otro vehículo puede no haber interpretado igual la situación.

Si alentamos a que cruce un peatón y otro conductor no cede el paso, el viandante podría ser atropellado en el mismo paso de peatones. Por ese motivo, realizar este gesto a priori inofensivo, puede acabar provocando un accidente de tráfico en el que el peatón es siempre el más damnificado.

Etiquetas: seguridad vial

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