Las enfermedades con las que la DGT no te deja ni conseguir el carné ni renovarlo

Sacarse el carné de conducir es un proceso complejo, que tarda más o menos en función de la dedicación del estudiante, lo bien que se le de estudiar, su habilidad al volante y la suerte que tenga en cada examen. Sin embargo, hay actores externos que pueden impedirlo como por ejemplo, ciertas enfermedades con las que la DGT no deja sacarse el carné (ni renovarlo).

Es algo que mucha gente no sabe, pero se trata de una lista bastante grande que incluye un buen número de enfermedades. Éstas se agrupan en 10 grupos distintos: problemas de vista, cardíacas, respiratorias, psiquiátricas, crónicas y degenerativas, neurológicas, vasculares, digestivas, endocrinas y oncológicas.

En muchos casos la imposibilidad de sacarse o renovar la licencia de conducción puede eliminarse con un informe favorable por parte del médico, pero depende de cada enfermedad en concreto y según los criterios establecidos por la DGT.

Problemas relacionados con la vista

La visión es clave en la conducción y los problemas relacionados con ella son bastante habituales en la obtención del carné. En muchos casos basta con gafas o lentillas, pero hay algunos que presentan riesgos, como las cataratas y el glaucoma.

Enfermedades cardíacas

Hay tres casos en lo que la renovación depende de varios factores. Los portadores de marcapasos o de un desfibrilador automático podrán renovar unos meses después de su colocación. Los de prótesis valvulares cardíacas e infarto agudo de miocardio lo podrán hacer a los tres meses y necesitarán revisiones periódicas para prorrogarlo. 

Por último, quienes tengan arritmias cardíacas, salvo con un informe del cardiólogo, tendrán que esperar seis meses y el permiso tendrá una vigencia de un año. 

Enfermedades respiratorias

Si se sufre disnea permanente en reposo o de esfuerzo leve es imposible sacarse o renovar el carné de conducir y con apnea del sueño: no se podrá renovar si el índice igual o superior a 15. 

Enfermedades psiquiátricas

La única posibilidad de obtener el carné con estas es disponer de un informe médico que certifique una afectación leve: TDH, depresión, demencia y trastorno de ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de la personalidad, trastorno de desarrollo intelectual, trastorno del sueño y abuso y dependencia de alcohol y drogas.

Enfermedades crónicas y degenerativas

Agrupan un conjunto amplio y diverso de enfermedades: párkinson, Alzheimer, osteoporosis, distrofia muscular, artritis reumatoide, esclerosis lateral amiotrófica, emblor esencial y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

Enfermedades neurológicas

En caso de epilepsia, con informe médico favorable, se puede renovar por entre uno o 10 años. Si se ha sufrido crisis o pérdida de conciencia en el último año no está permitido. Y con un accidente isquémico transitorio, tras seis meses sin síntomas y con informe médico favorable se puede renovar el carnet por un año. 

Enfermedades vasculares

De nuevo, hay dos enfermedades que dificultan la renovación del carné, pero que no la impiden si se tiene un informe favorable del cardiólogo. Si se trata de una disección, a partir de seis meses después de la operación, se puede renovar de 1 a 2 años. Si es un aneurisma de grandes vasos (sin peligro de rotura de vasos sanguíneos) se puede renovar de 1 a 10 años. 

Enfermedades digestivas

Son dos, el trasplante renal, que permite renovar el carné seis meses después de la operación, y la nefropatía con diálisis. En ambos casos es necesario un informe favorable para poder renovarlo.

Enfermedades endocrinas

Con un informe médico favorable, si se sufre diabetes mellitus insulinodependiente o con medicamentos hipoglicemiantes se puede renovar entre uno y cinco años, mientras que con hipotiroidismo y paratiroides se dará entre uno y diez años.

Enfermedades oncológicas

Con dolencias oncológicas es necesario estar sin ninguna ni tratamiento para poder renovar el carné, que tendrá vigor de uno a cinco años. Con trastornos oncohematológicos no se puede renovar hasta 10 años después de la remisión completa de la enfermedad.