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El dramático fallo de seguridad que compromete el futuro de los robotaxis

Robotaxis

Una camiseta puede con sus sistemas de conducción.

El auge de la conducción autónoma no es el mismo que el de hace unos años. El optimismo que había entonces se ha rebajado porque la realidad siempre es más complicada que la teoría, pero es un área en el que se sigue trabajando, especialmente compañías como Waymo. Los robotaxis ya están operando en algunas ciudades… pero de vez en cuando tienen problemas garrafales.

No vamos a entrar en las revueltas que ha habido en ciudades como San Francisco, donde incluso se ha quemado uno de estos vehículos, si no en algo más sencillo: un usuario de Instagram ha querido poner a prueba los sistemas de seguridad y de conducción de estos automóviles y ha conseguido “hacerles el lio” utilizando simplemente una camiseta.

Jasonbcarr ha compartido en su cuenta de la red social un par de vídeos en los que sale ala búsqueda de robotaxis de Waymo armado con una camiseta de color negro que luce en el pecho, a un tamaño grande, una señal de STOP.

Su idea era la de comprobar si los avanzados sistemas de conducción del vehículo eran capaces de identificar que se trataba de una persona con una camiseta o si, por el contrario, lo interpretaban como una señal de tráfico y actuaban en consecuencia. Spoiler: ocurre lo segundo.

En el primer clip, dice al espectador que si quiera saber un secreto, que es que puedes controlar a los coches de Waymo sencillamente llevando una camiseta. En él se puede ver que, con ponerse a la derecha de la calle y descubrir su camiseta, el Jaguar I-Pace se detiene y no es hasta que se gira y sale de su ángulo de visión cuando el automóvil no reanuda la marcha.

Suponemos que mucha gente debió comentar que era de casualidad o que eso no funcionaba así siempre, algo que le motivó a hacer una segunda prueba que, además, fue más extensa.

En esa ocasión probó con varias unidades del robotaxi distinta en situaciones diferentes. En total “asaltó” cuatro ejemplares distintos. Los dos primeros los paró de la misma manera que había hecho en el primer vídeo, pero el tercer le obvio y siguió su camino.

Pensó que podría ser porque era de noche y quizá no le había visto bien (aunque esto también supondría un problema con señales de verdad), pero volvió a probar con un cuarto coche, también en condiciones nocturnas, y éste también se paró al verle.

De hecho, Jason se queda esperando sin moverse y el taxi autónomo no se mueve, una maniobra un tanto extraña porque se supone que, con un STOP convencional, el coche debería pararse, pero, al ver que no viene ningún coche en la intersección (que aquí no hay), debería reanudar su marcha.

En este caso, no es hasta que se quita el individuo y la camiseta desaparece de su ángulo de visión, que el vehículo no vuelve a ponerse en movimiento.

Podría parecer algo aislado, pero otras personas han buscado maneras alternativas de ‘trolear’ a los taxis autónomos. Una que se está dando en San Francisco es la de colocar conos en el capó de estos vehículos, lo que bloquea por completo sus sistemas y les deja parados.

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