Cumpleaños de Álex Crivillé, único campeón español de 500

Cuando queda poco menos de un mes para el comienzo del Mundial de MotoGP 2015 debemos recordar una de las figuras más importantes del motociclismo español. Y qué mejor hacerlo que en el día del cumpleaños de Álex Crivillé, el único Campeón del Mundo de 500 cc de nuestro país.

Hoy Crivillé cumple nada menos que 45 años. Han pasado ya casi 16 años de su victoria absoluta en el Mundial de 1999, pero su proeza en la categoría reina, sobre aquellas salvajes motos de dos tiempos y ¡sin electrónica!, aún sigue muy presente.

Aparte de su lograr el título, Crivillé abrió la puerta a otros que como él intentaban codearse con los mejores corredores del mundo. Cogió el relevo de los Joan Garriga y Sito Pons con predeterminación. Su talento le avalaba desde las categorías inferiores, donde ya se había proclamado Subcampeón de 80 cc en 1988 (con Derbi), y Campeón del Mundo de 125 cc en 1989 (sobre la JJCobas). Un dato curioso: ese año, con 19 'primaveras', fue el campeón más joven de la historia. 

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Tras varias temporadas a caballo entre 125 y 250, por fin decide dar el salto a 500 cc, y no defraudó. En el año de su estreno (1992) logra su primer triunfo en uno de los circuitos con más carisma del campeonato, Assen. Al final de esa campaña terminaría en una esperanzadora octava posición.

Pero su camino a la gloria no fue nada fácil. Se tuvo que batir con los grandes pilotos americanos y australianos de la época: Eddie Lawson y Randy Mamola (en su primer año), Wayne Rainey, Kevin Schwantz, Wayne Gardner, John Kocinski... y como no, Mick Doohan.

La sombra del australiano fue demasiado larga durante unos difíciles años. Doohan impuso su dominio de 1994 a 1998 con mano de hierro, sumando cinco títulos consecutivos. Sin embargo, Crivillé, dentro del equipo oficial de Honda, contaba con las armas para batir a su rival. En 1996 estuvo muy cerca de conseguirlo: fue Subcampeón de 500, consiguiendo 11 podios, 2 victorias y 5 poles.

A partir de ahí perdió el respeto a su jefe de filas, aunque aún sin poder doblegarle en la clasificación final. Así fue hasta 1999. Álex Crivillé exigió el máximo a Doohan, quien no estaba dispuesto a perder su hegemonía en la clase reina. Su grave accidente en el GP de Jerez dejó el paso libre al piloto español que conquistaría ese año su primer y único título de 500 cc. Merecido, pese a todo, con 6 triunfos, 2 segundos puestos y otros 2 terceros.

Un logro muy importante para nuestro motociclismo y que también suponía romper con nada menos que 17 temporadas de dominio de los estadounidenses y australianos.

¡Felz cumpleaños, Crivillé!

Foto: Rikita Wikimedia Commons