Combustibles sintéticos, todo lo que necesitas saber para mover tu coche con ellos

En los últimos dos-tres años hemos oído hablar mucho de los combustibles sintéticos como una energía alternativa más a la gasolina y el diésel tradicionales, compatible con otras, como el coche eléctrico y el hidrógeno, para que muevan los coches del futuro en un hipotético escenario de neutralidad climática. 

Actualmente, nos encontramos inmersos en un proceso de transición hacia una movilidad mucho más respetuosa con el medioambiente. La Unión Europea quiere poner fin a la dependencia del petróleo y, hasta ahora, la principal solución para por la electrificación del automóvil, aunque no es la única.

El desarrollo del coche eléctrico se ha acelerado en los últimos años, pero la industria automotriz está explorando otras vías para conseguir el objetivo final de abandonar los combustibles fósiles, como la pila de combustible de hidrógeno y, más recientemente, los combustibles sintéticos, también denominados e-fuels.

Esto de buscar alternativas más eficientes para mover los coches no es nada nuevo, sino que existe desde casi el nacimiento del propio automóvil y ha reaparecido con más fuerza en determinados momentos, como tras la crisis del petróleo de 1973 o en el presente, ante el deseo de descarbonizar el transporte.

Tres ventajas de los combustibles sintéticos (e-fuels) frente a los coches eléctricos

A diferencia del coche eléctrico y la pila de combustible de hidrógeno, que sustituyen al vehículo tradicional, los combustibles sintéticos vienen a ser una esperanza para que los motores de combustión sigan existiendo más allá de 2035, año en que la Unión Europea ha establecido para prohibir la venta de coches diésel y gasolina.

La Unión Europea incluyó los combustibles sintéticos como alternativa viable después de 2035, tras de una dura negociación con Alemania que, a última hora, se mostró en contra de la prohibición de los motores de combustión. Fue la condición que impusieron los alemanes para votar a favor de la medida.

La postura de Alemania se entiende mejor cuando vemos que una de las marcas más importante del país está trabajando intensamente en el desarrollo de e-fuel. Porsche ya tiene en marcha una planta en Chile donde produce 130.000 litros de este combustible sintético desde 2020 y en 2026 esperar alcanzar los 550 millones de litros.

Combustibles sintéticos, todo lo que necesitas saber para mover tu coche con ellos

Pero ¿qué son los combustibles sintéticos? Se trata de un carburante neutro en emisiones de dióxido de carbono que se obtiene a partir de hidrógeno. Se considera neutro, porque, para su elaboración, se utiliza el dióxido de carbono captado directamente desde la atmósfera, agua y energía obtenida de fuentes renovables, como la eólica y la solar. 

Cuando el combustible se consume en el motor, se genera la misma cantidad de CO2 que se captó durante su elaboración, por eso se dice que es neutro, ya que no se emiten más gases de efecto invernadero del que ha sido necesario captar de la atmósfera para producirlo.

No hay que confundir los combustibles sintéticos con los biocombustibles, los cuales se obtienen de materias primas que podrían emplearse como fuente de alimento humano. Al contrario, su origen se encuentra en elementos esenciales en la tierra, como el oxígeno, el hidrógeno y el dióxido de carbono. 

Cómo se elaboran los combustibles sintéticos

Los combustibles sintéticos se elaboran mediante un proceso químico y físico dividido en varios pasos y a través de la energía eléctrica que se obtiene de fuentes renovables, como la eólica y la fotovoltaica. El proceso se completa con agua y dióxido de carbono, los únicos ‘ingredientes’ necesarios para producirlos.

• Se separa el oxígeno (O2) y el hidrógeno (H2) que componen el agua mediante electrólisis a temperaturas superiores a 800 grados. El oxígeno se expulsa a la atmósfera y el hidrógeno verde, el obtenido empleando energía renovable, será el elemento que conservaremos para producir combustibles sintéticos. 
• Para capturar el dióxido de carbono (CO2) del aire se emplean torres de absorción presentes en algunas refinerías. Estas torres funcionan como una especie de esponja que atrapa el dióxido de carbono, mediante calor que se reutiliza del proceso posterior de convertir el metanol (CH3OH) en gasolina sintética.
• Usando presiones y temperaturas elevadas, así como catalizadores, es posible combinar el hidrógeno y el dióxido de carbono capturado para hacerlos reaccionar entre sí y generar metanol en una planta de producción específica.
• A continuación, se vuelve a usar presión, temperatura y catalizadores para transformar ese metanol en gasolina sintética, aunque en este punto el carburante obtenido aún no es apto para los motores de combustión.
• Por último, se purifica la mezcla obtenida mediante procesos químicos como la destilación, lo cual deriva en combustible sintético funcional.

Cómo funcionan los combustibles sintéticos

Es importante resaltar que los combustibles sintéticos pueden mover coches de combustión si hacer apenas modificaciones en el motor, por lo que su funcionamiento es idéntico al de la gasolina y el diésel tradicionales. Además, están en estado líquido, por lo que el transporte y repostaje se realizan de la misma manera.

Como ya hemos dejado claro, una vez que ese e-fuel combustiona dentro del motor, se producen gases que salen por el tubo de escape, igual que en un vehículo convencional, por tanto, no hablamos de un coche cero emisiones. Pero esas emisiones son neutrales porque no superan la cantidad de dióxido de carbono capturado de la atmósfera durante su elaboración.

Actualmente, el combustible sintético ya se utiliza en competiciones de motor, como el Rally Dakar, concretamente, por el equipo Astara Team. 

Cuánto cuesta el combustible sintético

Esta es la gran pregunta que se hacen muchos, aunque, lamentablemente, es pronto para saberlo con certeza, ya que el combustible sintético se encuentra todavía en una fase de desarrollo bastante temprana y es probable que no se comercialice antes de 2030.

No obstante, algunos expertos ya advierten de que será significativamente más caro que la gasolina y le diésel tradicionales, hasta diez veces más caro. El año pasado, un estudio de Transport & Environment señalaba que el litro de combustible sintético podría alcanzar los 2,80 euros por litro en 2030. 

Otras fuentes afirman que el litro de e-fuel podría costar entre 3 y 4 euros. el principal motivo que explica estos precios tan elevados es que se requiere una enorme cantidad de energía para producirlo e importarlo del exterior. 

Este es, precisamente, uno de los principales inconvenientes de los combustibles sintéticos, el precio. Por eso ya hay quienes apuntan a que este tipo de carburante no servirá para mover coches generalistas, ni siquiera premium, sino más bien vehículos de lujo y superdeportivos para que sigan teniendo motores de combustión más allá de 2025.