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Cinco razones que explican por qué tu coche consume más aceite de lo normal

Cómo saber qué aceite lleva mi coche

Se considera normal que un coche consuma 1 de aceite cada 1.000 km (aproximadamente); por encima de esta cantidad algo falla...

Toca aprender un poco de mecánica. La lección de hoy llega de la mano de los expertos en asesoría técnica del Real Automóvil Club de España (RACE) y nos enseña las razones que pueden explicar por  qué un coche consume más aceite de lo habitual.

El aceite del motor es el encargado de mantener una correcta lubricación entre las piezas metálicas que están en continuo rozamiento (pistones, bielas, cigüeñal...). 

 

Cuando la cantidad de este es insuficiente o está demasiado deteriorado no podrá desempeñar correctamente su función, lo que provocará un desgaste excesivo, pudiendo ser motivo de algunas de las averías más caras que puede sufrir un vehículo (hasta el temido gripado del motor).

Para evitar que esto suceda es fundamental hacer el cambio de aceite en los plazos recomendados por el fabricante y, entre medias, verificar de forma periódica que tanto la cantidad como la calidad del lubricante son las adecuadas.

Cuánto aceite necesita el motor y cuánto gasta de forma habitual

"Por norma general, un motor tiene una capacidad de albergar entre 3 litros y 8 litros de aceite, dependiendo del cubre cárter y el número de cilindros del coche", explican desde el RACE. Que la cantidad se reduzca ligeramente con el paso de los kilómetros es normal, porque "el aceite va perdiendo viscosidad y se vuelve más líquido".

Al ser más líquido, el aceite se cuela entre las piezas, se quema en la cámara de combustión y provoca un humo azul que sale por el escape. Se considera normal que un vehículo queme hasta 1 litro de aceite cada 1.000 km.

Cómo saber cuándo hay que cambiar el aceite del coche

Por qué un coche gasta más aceite 

Hay cinco motivos que pueden explicar por qué el motor de un coche consume más de ese litro de aceite cada 1.000 km:

  1. Si hay holgura en el eje del turbo parte del lubricante irá hacia las caracolas de admisión y de escape. El turbo es un elemento que debe estar muy lubricado ya que puede girar a más de 9.000 rpm; si no tiene suficiente aceite podría quedar soldado en menos de un minuto...
  2. Fallo en el intercambiador de calor del sistema del aceite-refrigerante. Este radiador cuenta con dos circuitos independientes: por uno circula el aceite; por otro, el líquido refrigerante encargado de enfriar el lubricante. Cuando hay un desgaste excesivo de este último, ambos líquidos se mezclan haciendo que parte del aceite motor ensucie el líquido refrigerante dándole un tono marrón
  3. Los retenes son tacos de goma que aíslan ciertas zonas del motor; si están demasiado desgastados se cuartean y absorben parte del aceite
  4. Cuando las guías de válvulas están demasiado desgastadas, el aceite puede caer hacia la cámara de combustión (lo cual dará lugar al ya mencionado humo azul por el escape)
  5. El peor de los diagnósticos es un culatazo; esto es, cuando el sobrecalentamiento llega a combar la zona de apoyo de la culata haciendo que el lubricante entre en algún circuito de refrigeración.

Ojo, porque con está última avería ya que es tan cara que hay ocasiones en las que no es aconsejable su reparación por el desembolso de dinero que supone.

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