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ConnectedDrive: BMW que conducen solos

En el Circuito Speedway de Las Vegas, hemos probado un Serie 2 y un Serie 6 de BMW. Hasta aquí todo normal, si no fuera porque los coches conducían solos. AUTO BILD estuvo allí.

BMW ConnectedDrive es como llaman los bávaros a su proyecto de conducción autónoma. El ser humano, por naturaleza, solo cree lo que ve. Por eso, hasta hace no mucho, la fantasía de que un coche pudiera circular por sí mismo se atribuía a ingenieros con problemas de percepción de la realidad. Sin embargo, cada vez hay más muestras de que, en menos tiempo del que pensamos, los coches rodarán de forma autónoma por autopistas y carreteras mientras ¿quién sabe? Nosotros echamos una cabezadita, leemos un libro o nos vemos una peli en el sistema multimedia.

En AUTOBILD ya te mostramos el sorprendente y sofisticado Mercedes Clase S Intelligent Drive, que realizó el mítico recorrido de Bertha Benz, urbano e interurbano, sin la intervención del ser humano. Su competidor por naturaleza, BMW llega ahora con su propuesta de conducción autónoma para dejarnos, una vez más, boquiabiertos.

El lugar elegido para la demostración fue el Circuito de Sppedway, justo a las puertas de Las Vegas. Los ingenieros de BMW llevaban días midiendo y testando con suma meticulosidad la pista, introduciendo cada radio de giro de cada curva y el estado del asfalto en una base de datos. Yo me senté en el asiento del copiloto de un BMW Serie 2, y me sentía como en un deportivo al que hubieran implantado el cerebro del mismísimo Sebastian Vettel. En el asiento del conductor –por llamarlo de alguna manera-, iba una ingeniero de BMW, que todo lo que hizo fue pulsar un botón.

Como por arte de magia, el coche de pruebas empezó a circular solo por el circuito, mientras el ordenador buscaba la trayectoria ideal: daba gas cuando debía, giraba con decisión, ni mucho ni poco, el radio exacto para cada curva, y lo más sorprendente, ‘drifteaba’ una y otra vez con un control absoluto y con la pericia de un piloto experto.

En resumen: BMW ConnectedDrive, o el 'conductor invisible', pilota con absoluta perfección, no sabe de maniobras arriesgadas y se limita a las órdenes que le han sido programadas. Tampoco sabe de elecciones racionales ni de emociones, aunque los ingenieros aseguran que también llevan tiempo trabajando en ello. Quién sabe, tal vez el futuro veamos a un coche autónomo ganar el GP de Mónaco y descorchar luego una botella de champán para celebrarlo.

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