Biemme crea el coche fúnebre más lujoso del mundo
A buenas horas.
Decía el fallecido Quique San Francisco que menuda broma era la de ir en un Mercedes como coche fúnebre. “¡El coche más seguro del mundo! ¡A buenas horas!”, exclamaba. Nos gustaría ver que pensaría del Biemme Rolls-Royce Ghoster, que sin lugar a dudas es el coche fúnebre más lujoso del mundo.
El preparador es un habitual en lo que a customizar Rolls-Royce se refiere, pero sin duda este es uno de sus trabajos más peculiares, pues ha convertido al ya considerablemente grande modelo en prácticamente un barco.
Es desde la vista lateral desde donde de manera más clara se aprecian los cambios. Desde el frontal al pilar C todo es igual, pero en ese punto la rueda no está donde debería y es que la distancia entre ejes se ha ampliado de manera considerable para conseguir estabilidad, ya que la carrocería es muchísimo más larga de lo normal.
Esto ha sido necesario para crear toda la zona en la que va el féretro, puesto que el preparador ha optado por conservar las plazas traseras para que los familiares puedan acompañar al fallecido.
La nueva zona se ha estructurado, como es habitual, con cristaleras laterales, trasera y superior, para que se pueda ver el ataúd fácilmente, y además cuenta con iluminación interior a tal fin.
Aunque queda en un segundo plano, Biemme también apunta que en el habitáculo hay mejoras como una mayor insonorización interior (se han añadido un total de 100 kilos de material aislante) y un sistema de sonido premium, aunque esto último tampoco tiene mucho sentido en un coche fúnebre.
Donde no hay modificaciones es en el apartado mecánica, donde sigue estando intacto el motor de serie, un V12 de 570 CV que, eso sí, debido al peso añadido de la transformación tendrá unas prestaciones peores que en el Rolls-Royce Ghost estándar.
No se ha dado a conocer el precio del Biemme Rolls-Royce Ghoster, pero no será barato, básicamente porque hay que entregar un Ghost, que ya cuesta más de 300.000 euros por sí solo.
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