Las baterías de los coches eléctricos son la clave para conseguir mejorar la autonomía y que al usuario promedio termine por quitársele esa ansiedad por quedarse tirado. Las marcas ya están trabajando en el siguiente paso para las pilas y Porsche ha compartido sus avances y previsiones para su próxima generación.

La marca alemana señala las distintas áreas en las que se puede mejorar, que son sobre todo los materiales empleados tanto para crear el ánodo y el cátodo, pero también el empaquetado de las celdas.

El Profesor Maximilian Fichtner, Director del Instituto Helmholtz de Ulm (HIU), señala que “a medio plazo, podemos esperar que la combinación de la nueva química de ánodos y el denso empaquetado de las celdas permita una autonomía del vehículo de 1.300 kilómetros”.

¿Cómo es esto posible? Conservando la buena base de las baterías actuales, que tienen el litio como elemento principal, pero innovando con oros materiales que puedan sacar un mayor rendimiento.

Stefanie Edelberg, Ingeniera Especialista en Celdas de Baterías de Porsche Engineering, explica: “El litio puro es el material de ánodo activo ideal en términos de densidad energética. Sin embargo, por razones de seguridad, en la actualidad los grafitos se utilizan principalmente como materiales activos del ánodo que pueden absorber iones de litio”.

Falko Schappacher, Director Comercial y Técnico del Centro de Investigación de Baterías MEET de la Universidad de Münster (WWU), añade que su larga vida útil es otro factor, clave, con una duración de hasta 1 millón de kilómetros, pues tienen “entre 1.500 y 3.000 ciclos de carga completa hasta alcanzar una capacidad residual del 80 % no suponen ningún problema”.

Entre a las opciones que hay para mejorarlas se encuentra el uso del grafito como material activo en el ánodo, ya que tiene 10 veces mayor capacidad de almacenamiento y es compatible con cargas muy rápidas, tanto como para pasar del 5 al 80% de la capacidad de las baterías en 15 minutos.

Sin embargo, todavía hay problemas con los de lidiar, como el hecho de que, al absorber el litio, las partículas de silicio se expanden un 300%, algo que daña el material y acorta su vida útil de manera importante, una contra a valorar por mucho que la densidad energética sea mucho mayor.

También hay margen de mejora en los materiales utilizados en el cátodo, puesto que hoy en día se emplea el óxido de litio-níquel-cobalto-manganeso (NCM) en una proporción de 6:2:2, pero a futuro se espera una mayor presencia del níquel y una menor tanto del cobalto como del manganeso.

Todo esto redundará en “aumentos de entre el 30 % y el 50 % en la autonomía de los vehículos premium”, apunta Schappacher, quien también señala que “más importante que el simple aumento de la autonomía es la capacidad de carga rápida”, que también mejorará.