El pasado Salón del Automóvil de Ginebra trajo consigo muchas y muy jugosas novedades, pero hubo una que destacó en especial porque tocó la fibra nostálgica del público y supuso la materialización de algo que muchos llevaban tiempo esperando: la llegada del nuevo Alpine A110. Modelo icónico recordado por todos, su reinterpretación moderna no dejo indiferente a nadie. Ahora, meses después de su presentación oficial, todavía sigue su puesta a punto y ¿qué mejor lugar para ello que Nürburgring?

VÍDEO: El A110 domina Col de Turini

Como muchos otros fabricantes, Alpine ha elegido el Infierno Verde como patio de recreo para perfeccionar el deportivo y, lógicamente, los videoaficionados lo han captado. Todavía camuflado (algo que ha día de hoy, habiendo visto el modelo de producción, no tiene mucho sentido), el francés da buena cuenta de su agilidad y su buen paso por curva, características en las que se ha volcado la marca, en lugar de una potencia asombrosa, para mantenerse fiel al concepto del original.

Con unas dimensiones compactas de 4.178 mm de largo, 1.798 mm de ancho y 1.252 mm de alto, que replican la inconfundible silueta de su antepasado, la ligereza es una de sus características principales y gracias al empleo de mucho aluminio se ha podido reducir el peso del conjunto a unos meros 1.080 kilos. Gracias a ellos su motor 1.8 turbo tetracilíndrico lo puede mover a un ritmo alegre, a pesar de desarrollar solo 255 CV y 320 Nm de par, cifras ambas que algunos consideran se quedan algo cortas. Con una velocidad máxima limitada a 250 km/h, hace el 0-100 km/h en 4,5 segundos y además ofrece tres modos de conducción diferentes (Normal, sport y Track) para poder sacarle el máximo partido en cualquier situación.

Fuente: Carscoops.

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