2035, fecha que la Comisión Europea pone para acabar con los motores de combustión diésel y gasolina

La Unión Europea tiene prisa por vetar a los coches de combustión: la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo ha aprobado el fin de la venta de los automóviles gasolina y diésel en 2035, cinco años antes de lo previsto inicialmente.

La medida está a falta de ratificación final por parte del Parlamento Europeo, pero es algo que se da por hecho ya que por norma general no se suelen cambiar las resoluciones adoptadas por parte de los parlamentarios europeos que forman parte de la comisión.

Se trata de un movimiento no exento de polémica ya que, aunque la mayoría de los fabricantes habían anunciado hojas de ruta que se adaptaban al límite de 2040 e incluso se adelantaban a él, en los últimos meses muchos asumieron que era precipitado e incluso varios países se sumaron a esta posición para proteger a sus marcas de automóviles patrias.

De nada ha servido, puesto que la Comisión Europea no solo no ha reculado, si no que ha adelantado la prohibición cinco años, por lo que probablemente muchos conductores solo vayan a comprar otro coche de combustión antes de que queden completamente vetados.

Y no solo eso, el anuncio llega acompañado de otras medidas igual de restrictivas, que ponen en aprietos a la industria y eliminan una de las principales alternativas que se habían propuesto para mantener vivos los motores de combustión.

Hablamos de los combustible sintéticos, también denominados como biocombustibles o e-fuels, que marcas como Porsche o Audi llevan tiempo desarrollando, con grandes inversiones económicas detrás. 

También estarán prohibidos en 2035, así que, con poco más de una década para sacarles rendimiento económico (a lo que hay que quitar el tiempo que queda de desarrollo), lo más lógico es que abandonen el proyecto.

Por otro lado, también se ha endurecido el límite de las emisiones: en 2025 tendrán que ser un 20% menos que en 2021 en el caso de los turismos, cuando hasta ahora la previsión era del 15%. Furgonetas y vehículos comerciales ligeros si mantendrán este porcentaje. 

Por último, a partir de 2030 se prohibirá comercializar cualquier vehículo que exceda los 123 gramos de CO2 por kilómetro.