Comparativa: BMW X1 xDrive23d vs. Mercedes GLA 220 d 4Matic

Ambos candidatos son relativamente nuevos: el BMW X1 de tercera generación llegó en octubre de 2022, mientras que el Mercedes GLA de la segunda serie se lanzó en 2020 y fue renovado en la primavera de 2023.

En los dos casos, no estamos tratando con SUV de una marca de lujo fabricados en países de mano de obra barata; aquí son 100% ‘made in Germany’: el BMW se produce en Regensburg, el Mercedes en Rastatt. Y eso se nota claramente en los precios.

Diseño interior

El cockpit del X1 prescinde de botones… y del magnífico iDrive. Los diminutos interruptores de control y rotación en el volante tienen una respuesta algo nerviosa, pero mas precisa que los típicos ‘slides’.

Estas superficies táctiles sí que las tenemos en el volante del Mercedes, y son poco precisas. El control es puramente táctil excepto por los botones de clima fijos: desde el ‘facelift’, el touchpad ha desaparecido, algo que nosotros, al igual que en el BMW,  vemos como un retroceso.

El Interior de AMG Line Premium en el GLA está presidido por buenos acabados y un tono bicolor. El asiento activo opcional del BMW tiene buen agarre y soporte lumbar de cuatro vías con función de masaje.

Los pasajeros traseros se sientan mejor en el actual BMW X1 que en los X3 anteriores, ya que están suficientemente elevados. El ángulo del respaldo es ajustable. Las puertas posteriores son ligeramente más pequeñas en el Mercedes, pero sus umbrales son más bajos. La altura libre sobre la cabeza es un poco más ajustada que en el BMW.

La forma redondeada del GLA requiere concesiones al cargar: cubica de  435 a 1.430 litros de volumen de maletero, lo cual no pasa de correcto. El BMW X1 ofrece de 500 a 1.545 litros de volumen de carga, pero una abertura relativamente estrecha (97 centímetros).

Motores y comportamiento

Ya sea 18d, 20d o 23d, en el X1, siempre es el mismo motor base de 2,0 litros, económico y suave. Como 23d, desarrolla 211 CV y 400 Nm de par.

El diésel turboalimentado de 2,0 litros y 190 CV y 400 Nm del Mercedes es ligeramente inferior al de BMW en suavidad de funcionamiento, y en consumo debe ceder claramente: Con 6,7 l/100 km, el GLA traga más de un litro extra respecto al X1, que en nuestra prueba promedió arrojó 5,6 l/100 km.

El X1 se conduce como un típico BMW: con una suspensión sensible pero de recorrido corto y poco flexible, y un ESP que nos ha permitido un ligera sobreviraje en el slalom. La suspensión afronta las maniobras de evasión acon solidez.

Solo la dirección, en parte demasiado directa, afecta la sensación de suavidad. Esto deja una impresión menos precisa. En modo Sport, la dirección se vuelve un poco más firme.

La dirección del GLA convence de inmediato: responde de manera lineal, precisa y segura, y se adapta bien al automóvil. Evita todo lo que pueda parecer nervioso, y nos gusta más que la del BMW, sobre todo en las posiciones centrales.

Los dos tienen filosofías diferentes en curvas rápidas: el ESP del Mercedes amortigua cualquier intento de sobreviraje temprano, mientras que el BMW permite más sobreviraje en slalom.

Ambos candidatos se presentan libres de traqueteos y crujidos en adoquines y malas carreteras. Aquí, sobre todo el Mercedes, presenta una armonía total, la combinación de suspensión y amortiguación deja una impresión cómoda y equilibrada.

El BMW muestra aquí más rigidez y parece esforzarse más por suprimir los movimientos de la carrocería. Ambos candidatos de prueba ofrecen distancias de frenado tranquilizadoras entre 34 y 35 metros.

Factores para decidir la compra

Puesto 2: Mercedes GLA 220 d 4Matic. Cómodo, pero caro en el precio de compra y el mantenimiento. La conectividad sigue siendo excelente.

Puesto 1: BMW X1 xDrive23d. En espacio, es casi igual al primer X3. Motor económico, comportamiento dinámico. La operatividad del cockpit requiere más tiempo de aprendizaje que la de su predecesor.