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Los coches de las catacumbas de Nápoles

En el subsuelo de Nápoles, se esconden 30 coches históricos y un puñado de motos abandonados en las catacumbas. Hemos bajado hasta allí, linterna en mano, para enseñártelos.

Miras a un lado, a otro... Y justo cuando nadie te ve, ¡zas! Te cuelas en el sistema de túneles que forma las catacumbas de Nápoles. Aquí no encontrarás barandillas, proyecciones láser, tiendas de souvenirs al final del recorrido, ¡ni servicio de limpieza! Solo coches y motos... oxidados.

  

Accidentes y óxido en las catacumbas de Nápoles...

El geólogo Gianluca Minin, tiene la culpa de que estemos aquí, a 40 calurosos y húmedos metros del mundo conocido y del bullicio de este caótico núcleo urbano, al sur de Italia.

 

Gianluca dirige la Oficina de Ingeniería InGeo y recibió el encargo por parte del ayuntamiento de comprobar si la humedad estaba poniendo en peligro los edificios de la zona. Gateó por unos pasillos angostos y pronto se topó con piedras y que nada tenían que ver con alcantarillas normales: un acueducto subterráneo, puente mandado construir en 1853 por Fernando de Borbón, una cámara que los napolitanos usaron como refugio antiaéreo contra los bombardeos aliados en la Segunda Guerra Mundial...

 

Y, de pronto, ¡sorpresa! Justo al final del corredor, en una pila inmensa de color gris, las ruinas de una treintena de coches congelados en el tiempo. Un Autobianchi Primula de los años 60 junto a un Fiat Topolino, el primer Fiat 500. “Todos ellos son coches que se han visto envueltos en accidentes”, irrumpe Paolo Sola, otro de los exploradores, experto en automóviles italianos de esta época. ¿Accidentes?

Fiat 1100

Sí. Al parecer, esto ha funcionado como depósito municipal de vehículos envueltos en siniestros, en negocios sucios o en ambas cosas a la vez. “Desde finales de la Segunda Guerra Mundial y hasta los años 70, la policía ha utilizado este túnel como almacén. Junto a los accidentados, se juntan otros coches que se han usado en acciones criminales. Muchos se emplearon también para el contrabando de tabaco”, afirma Sola.

 

Caminamos unos metros más por estas catacumbas de Nápoles y nos detenemos ante un Fiat 1100 y dos 1400. El ejemplar de la derecha muestra detalles que esconden otra rocambolesca historia. Le extrajeron la banqueta trasera y lleva algo impreso en el lateral derecho, lo que hace adivinar que lo emplearon para contrabando de cigarrillos y mercancías  ilegales.

 

Ya con los ojos achinados por la luz del día, viene a la mente aquella historia increíble que primero fue bulo y luego resultó ser real, sobre un hombre que compró una finca en Portugal a ciegas y se encontró un cementerio de coches parecidos a estos. ¿Te acuerdas? Las fotos de aquel sueño para todos los amantes de la corrosión y la historia dieron la vuelta al mundo por Internet.

 

Pero si prefieres entrar a estas galerías sin llamar a mil timbres y con visita guiada de una hora, lo tienes fácil: mira la web www.napolisotterranea.org y márcate un viajecito a Nápoles, donde la monarquía, la historia de Italia y la de muchos coches interesantes han vuelto a encontrarse. Pero esta vez, bajo tierra.

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