Prueba del Volkswagen Golf R: ¿Me concede este baile por 51.720 euros?

En el modo Confort, nos sorprende la moderación del nuevo Volkswagen Golf R. El cambio DSG cambia con delicadeza, incluso al arrancar en la pendiente de un aparcamiento subterráneo, y se desconecta inmediatamente cuando se suelta el acelerador mientras se conduce; de modo que, comprobado: este Volkswagen radical también puede viajar relajado y, de algún modo, de forma económica.

Y es que, en viajes largos, el pedal del acelerador se puede pisar mucho sin que el cambio reduzca. Y es capaz de rodar rápido y relajado a la vez, con mucho margen: después de todo, su par motor empuja hasta los 420 Nm.

Desde el sistema de escape de titanio Akrapovic opcional (cuesta 3.965 euros), circulando en este modo, no llega ningún estruendo en absoluto, incluso cuando pisas a fondo. 

¿Y dónde está la deportividad?

Todo esto apenas cambia al pasar a modo Sport. Solo en el programa Race, que se puede seleccionar mediante un botón en el volante, la rabia de este Golf con tracción total (la fuerza se puede derivar incluso entre las dos ruedas traseras) se vuelve perceptibles para los sentidos. Con un “pero”: el sonido del motor ahora proviene principalmente de los altavoces.

Sí que se pueden escuchar un par de buenas salvas irresistibles si levantas el pedal del acelerador por encima de 3.000 vueltas. 

Además del modo Drift, el programa Race también incluye el modo Special, pensado sobre todo para usar en un circuito como el de Nordschleife, donde también se afinó este modelo R: En 7:51 hizo la vuelta entera, casi 20 segundos más rápido que el modelo anterior. 

¡A bailar!

Desafortunadamente, no podemos comprobarlo hoy, pero sí hemos podemos probar el modo Drift. Al activarlo, el sistema nos advierte brevemente: se recomiendan habilidades de conducción y, a ser posible, una ruta cerrada.

Las siete marchas del DSG deben cambiarse manualmente a partir de ahora, y lo cierto es que funciona muy bien con las levas de cambio ampliadas. 

El motor se vuelve más atento, actúa con rapidez cuando se pisa el acelerador, incluso aunque cuando la presión de la sobrealimentación tiene que acumularse unos segundos antes de acelerar a fondo.

En comparación con el GTI, el EA888 Evo 4 de dos litros jadea y gime de manera más agresiva, el indicador de presión de sobrealimentación se dispara a 2,2 bares a plena carga.

Mojado o seco, hacia abajo o hacia arriba…

A toda velocidad, el rendimiento y la tracción son impresionantes. Y en las curvas, te deleita con un leve deslizamiento de la zaga, que coloca al coche en su sitio para volver a salir disparado una y otra vez. ¡Puro disfrute! Y es que el movimiento de la parte trasera a la salida de las curvas catapulta al de Wolfsburgo a una nueva dimensión de diversión al volante, una y otra vez.

Conclusión

Con el paquete Performance, el Golf R de 320 CV es definitivamente más divertido que su predecesor. Pero la diversión cuesta: prepárate a desembolsar 51.720 euros, una auténtica burrada... En cuanto a equipamiento viene hasta arriba, es cierto, aunque aún así puedes implementarlo con los Akrapovic por 3.965 euros, el paquete R Performance, que cuesta 2.365 euros o el cuero Nappa en su interior por 3.025 euros.