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Prueba Opel Insignia Grand Sport, se supera

Amigos de los SUV; leed antes de comprar

Prueba del Opel Insignia Grand Sport, un modelo que ha sido desde 2008 una de las berlinas más vendidas y, tras iniciar entregas del nuevo en junio, el Opel Insignia Grand Sport se colocó líder de su segmento. La gente no es tonta y debe haber leído la entusiasta prueba que publicamos tras su presentación, en la que se destacaba el aligeramiento, de casi 200 kg, que ha tenido este coche, que tenía en el peso una de sus flaquezas. Ya no.

VÍDEO: Opel Insignia 2017, así es por fuera y por dentro


Ahora, este Insignia que no está disponible como berlina clásica de cuatro puertas, sino solo en esta carrocería Grand Sport y en la familiar Sport Tourer, quizá siga sin ser el mejor en nada, sí está entre los mejores en casi todo. Con sus apenas 1.500 kg, dinámicamente no es un portento, pero va muy bien, en parte, debido a que carrocería y asientos han descendido algún centímetro en relación al modelo anterior. Apenas he detectado tendencia al subviraje en curvas rápidas y la dirección ha mejorado bastante en precisión y su manejo es agradable.


En realidad, el conductor del Insignia sí puede sentirse líder en algo: espacio, ya que con casi 4,90 m de largo, casi ninguna otra berlina media tiene tanto sitio para las piernas en las plazas traseras. Lo único malo es que el techo, que evoca en su forma a un coupé, debido a su altura, no dejará que alguien de más de 1,85 vaya cómodo allí; aunque el hueco para los hombros es enorme.  
Detrás del cambio, que está situado muy cerca del volante, hay unos botones desde los que se  maneja el FlexRide, que modifica los parámetros del acelerador, dirección y amortiguación según dos programas (Sport y Tour) adicionales al modo Normal, que va por defecto. La variación, como en muchos otros modelos, se nota casi solo en el mapa del motor. 

Así es el interior del Opel Insignia Grand Sport

La instrumentación mezcla lo analógico y lo digital. Su aspecto no es el más bonito, pero resulta muy completa y puedes variar la información que aparece en la pantalla digital central. También, si lo equipas, la información que aparece proyectada en el head-up display, que funciona tan bien como los mejores y se coordina de maravilla con el Opel Eye para ir chivándote las velocidades permitidas o cuándo vienen los radares.
Eso sí, en la unidad probada -me aseguran en Opel que se debía a que era un preserie- la carcasa del proyector crujía todo el rato, algo muy desagradable para mi gusto. Tampoco me gustó cómo está calibrada la frenada automática de emergencia, que te puede dar algún que otro susto al aplicar algo de freno en una rotonda o si apuras demasiado al hacer un adelantamiento. Todo lo contrario que la ayuda al mantenimiento de carril, que opone la fuerza justa y no se le escapa ninguna marca vial. 

Mucha tecnología... y de serie

Mucha de esta tecnología va de serie en la unidad de esta prueba, con el acabado Excellence, como los faros Matrix LED, aunque no el sistema multimedia Navi RF 900 con la pantalla de ocho pulgadas, que además te ofrece compatibilidad con Apple Car Play o Android Auto. El desorbitado precio final de esta unidad se debe a los 4.159 euros de la tapicería de cuero, muy agradable, sufrida y bonita, pero... 
En general, no soy fan de los motores diésel, pero sí de este 1.6 CDTi de 136 CV. No tendrás prestaciones deportivas, aunque estas sean más que decentes gracias a su buena entrega de par. Además es muy elástico y  siempre da un gusto tremendo revisar el consumo, da igual cómo hayas conducido. Gasta 6,0 litros.

Valoración

Nota8

En esta prueba del Opel Insignia Grand Sport queda claro que algunas berlinas todavía tienen recorrido... si siguen así. No todo es SUV

Lo mejor

Comportamiento dinámico muy aplomado y motor diésel muy ahorrador

Lo peor

Ruidos parásito en la carcasa del sistema de info entretenimiento

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