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Nissan Murano 2.5 dCi contra Hyundai Santa Fe 2.2 CRDi

Juan Antonio Corrales

El Nissan Murano por fin monta una eficaz mecánica de gasóleo. AUTO BILD 4x4 lo pone a prueba contra el Santa Fe. Un ajustado combate entre dos todocamino diésel. ¿Quién será el ganador?

Ha pasado mucho tiempo desde que aquel gigante coreano llamado Hyundai hiciera acto de presencia en el mercado europeo allá por el año 91. El Pony, el utilitario que vendía la marca oriental por aquellos tiempos, seducía, sobre todo, por su precio de derribo. Aunque de sus acabados mejor ni hablar...

El Santa Fe actual tiene hoy en día la misma virtud y ha mejorado con creces la calidad de construcción. El turbodiésel 2.2 sale por 39.500 euros y, aunque no es barato, es unos 6.000 euros más económico que el Audi Q5 y el BMW X3, que no son tan potentes como él. Con ese dinero que te ahorras, tienes para gasolina durante un buen número de kilómetros (eso sí, cada vez menos, si tienes en cuenta la escalada del precio del combustible).

El Hyundai Santa Fe también es más barato que su rival de este cara a cara: el Nissan Murano. El SUV japonés no puede justificar los 3.150 euros de diferencia en el precio por el equipamiento de serie, ya que ambos van armados hasta los dientes.

Quizás el principal activo del Nissan Murano es su peculiar diseño. Esa estética tan diferenciadora ha hecho que triunfe por todo el mundo, a pesar de que hasta ahora sólo tenía disponible una versión gasolina de seis cilindros para conquistar a los conductores.

Su nuevo motor diésel es un cuatro cilindros de 2,5 litros y procede de las tripas del Pathfinder y el Navara. En el Murano va asociado a un cambio de marchas automático con convertidor de par de seis velocidades: todo un acierto, ya que esta transmisión le saca el máximo partido a sus 450 Nm. Como exprime a tope el par a bajas vueltas, el consumo en el test merece un premio: 8,7 litros por cada 100 kilómetros.

El confort de amortiguación tampoco está nada mal... aunque es una auténtica pena que esta mecánica de gasóleo le reste algo de confort de marcha a este modelo: esta lejos del refinamiento que aporta la variante de gasolina V6.

El Santa Fe (que debe su nombre a la capital del estado norteamericano de Nuevo México) también ofrece un buen confort de marcha. No amortigua tan bien como su rival, pero sí tiene un motor diésel más refinado. El cuatro cilindros, completamente renovado en 2010, es más potente que el diésel de Nissan,tanto en cifras oficiales como en los datos de nuestro test.

Nuestras mediciones demuestran que el Hyundai siempre saca pecho al acelerar, sobre todo cuando va en autopista a velocidades sostenidas. Como el motor diésel del Hyundai también se entiende a la perfección con el cambio de marchas automático de seis velocidades, el Santa Fe logra un consumo de 8,5 litros por cada 100 km, es decir, 0,2 litros/100 km menos que el Nissan (que pesa 124 kilos más).

El Hyundai es el más útil de los dos para las tareas cotidianas: eso es algo que noto, sobre todo, al abrir su portón trasero. Allí caben 528 litros en vez de 402 y hay siete centímetros más de altura que permiten cargar 199 kilogramos más. Problemas de equipaje no vas a tener... Si lo tuyo son las caravanas y no los hoteles, la capacidad de arrastre de 2.000 kilos, 415 kilogramosmás que la del Nissan, te darán de sobra para arrastrarla con total garantía: el Hyundai está hecho todo un transportista.

El japonés también tiene, claro está, sus grandes ventajas. Los conductores altos disfrutan de más espacio en el puesto de conducción. En las plazas de atrás, los ocupantes se sientan en una banqueta más cómoda y tienen más espacio para estirar las piernas. A cambio, el maletero es el que sufre las estrecheces.

Además, el Nissan monta una tracción integral por embrague multidisco más efectiva que la del Hyundai, ya que el sistema del Santa Fe se rinde antes cuando el coche se queda atrapado en la nieve o el fango. El asunto funciona de la siguiente manera: cuando el embrague de discos múltiples se calienta, vuelve al modo de tracción delantera para refrigerar el sistema y, entonces, estás perdido.

El Murano aguanta el tipo mucho más, pero no está diseñado para superar obstáculos más allá de una pista en buen estado. Es una pena que su narigudo frontal y, sobre todo, su baja panza (ángulo ventral de sólo 14º) acaben chocando antes con el suelo. Está claro que al todocamino japonés no le gustan las labores de carga y arrastre, y menos la conducción 4x4. El asfalto es su lugar preferido. En cambio, el Hyundai sí se atreve con algo de conducción offroad gracias a su altura libre al suelo de 195 mm. Su faceta como mulo de carga también está muy lograda... ¿o debería decir un Pony gigante de carga?


CONCLUSIÓN

Y el ganador es… ¡el Hyundai! No es sólo que, con su ingente equipamiento de serie sea más barato que el Nissan, sino que, en el día a día resulta más práctico: más maletero, menor ángulo de giro, mayor capacidad de arrastre y altura al suelo... Aun así, los amantes del confort no deberían descartar el Nissan diésel.

Valoración

Nota8

El Nissan Murano por fin monta una eficaz mecánica de gasóleo. AUTO BILD 4x4 lo pone a prueba contra el Santa Fe. Un ajustado combate entre dos todocamino diésel.

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