Mazda5 1.6 CRTD: un diésel incansable

El Mazda5 es de esos coches que te animan a salir de casa. Da igual si es con toda la familia, los amigos de tus hijos o simplemente con tu mujer. Con una pasmosa facilidad, el Mazda5 sabe adaptar su interior a cualquiera de tus necesidades. Que vais cuatro, pues escondes la butaca central de la segunda fila y en su lugar colocas un cómodo portaobjetos. Que hacen falta siete plazas, entonces levantas los dos asientos escondidos debajo del maletero y todos tan contentos.

Con pocas maniobras obtienes lo que quieres. Incluso acceder a la última fila es bastante cómodo gracias a las puertas laterales correderas (eléctricas con el acabado Luxury), que además te facilitan entrar y salir del coche en sitios estrechos. ¿Se le puede pedir más al monovolumen de la marca japonesa? Bueno, nadie es perfecto y ahora te digo por qué.

Dicen que las comparaciones son odiosas y, en Europa, marcas como Ford o Renault llevan muchos años vendiendo monovolúmenes, lo que al final repercute en sus nuevos modelos. Me explico. En equipamiento, el Mazda5 está un paso por detrás, sobre todo si hablamos de tecnología. Y para muestra, un botón: el Ford Grand C-Max contempla en su lista de opciones elementos que en el Mazda5 todavía no existen, como el asistente de aparcamiento automático, el sensor presión de los neumáticos, la cámara de visión trasera o el detector de vehículos en ángulo muerto. Tampoco puede montar el techo panorámico que ofrece el Renault Grand Scénic o un eficaz cambio automático como el DSG de siete velocidades del Volkswagen Touran.

De todas formas, si tampoco eres de los que le das mucha importancia a todo ese equipamiento (opcional, en todo caso) y buscas un monovolumen fiable, atractivo, con grandes dosis de seguridad y un buen acabado, este Mazda5 te va a convencer. ¿Razones? Por ejemplo, su buen comportamiento (no tiene nada que envidiar a sus rivales) o un motor 1.6 diésel que gira bastante lleno a bajas vueltas y ofrece un consumo muy contenido. Con un depósito de 60 litros, la autonomía se dispara por encima de los 900 kilómetros, lo que te va a permitir escaparte con toda tu familia (y amigos) sin que tu cartera se ponga a tiritar del susto. Ahí sí que no tendrás problema: el Mazda5 es incansable...

Prueba del Mazda5 1.6 CRTD por Emilio Salmoral

Como sabes, el Mazda5 1.6 CRTD comparte motor con otros modelos como el nuevo Citroën C4 Picasso o el Ford C-Max. Se trata del conocido bloque de 1,6 litros que estrenaron los coches franceses hace unos años. Los más veteranos del lugar se acordarán del antiguo 1.9 HDI de 90 CV pero, lo cierto, es que el 1.6 HDI es un propulsor muy suave con una entrega de potencia muy lineal. No impresiona por su rendimiento pero siempre sube de vueltas de forma eficiente.

Durante la jornada de pruebas he obtenido un consumo medio de 6,3 l/100 km. No es un cifra tan baja como la de los últimos monovolúmenes en llegar al mercado, pero sí es un dato razonable para un coche que tiene un peso en vacío de 1.490 kilogramos. El Mazda5 1.6 CRTD podría reducir el gasto de combustible si utilizara la batería de tecnologías Skyactiv que lleva, entre otras, el sistema Start-Stop, reduciría el consumo por debajo de los 6,0 l/100 km. Solo tienes que ver la prueba del Mazda CX-5 que es un coche más pesado, tiene 150 CV de potencia y obtuve un consumo de solo 6,2 litros.

No obstante, el motor del Mazda5 1.6 CRTD cumple las expectativas gracias a su aceleración de 0 a 100 km/h en 13,7 segundos y a su velocidad máxima de 180 km/h. Rendimiento más que suficiente para un coche de corte familiar que pretender ser, sobre todo, muy eficiente.