Prueba del Ferrari Roma Spider: un deportivo de ensueño a cielo abierto

Por supuesto, el motor pintado en rojo tiene su propia fascinación, y todos los fanáticos de los deportivos se regocijarán con su melodioso canto, pero el nuevo Ferrari Roma Spider quiere ser mucho más que un simple motor con ruedas: es una filosofía de vida, una declaración de intenciones… para los pocos que pueden permitírselo, claro está.

En la presentación del nuevo modelo de Ferrari se abordó con insistencia la actitud ante la vida de los años 60. El puente entre el Roma Spider y el 365 GTS/4, el último Ferrari con motor delantero y capó de tela, me pareció demasiado intencionado.

Diseño

Pero una vez que te sientas en él, te atrapa sin concesiones, incluso si Ferrari quiere marcar un claro contraste con sus modelos de alto rendimiento. No es que el Roma no pueda ser rápido, después de todo, el V8 de 3,9 litros moviliza unos potentes 620 CV, sino que quiere ser un planeador seguro: que quites la capota, dejes entrar el sol de finales de verano y viajes en tu góndola por una solitaria carretera costera. Y, sin embargo, todavía conservas en tus oídos ese timbre deportivo de motor que pertenece, básicamente, a un deportivo auténtico de la factoría de Maranello.

 Hablando de la capota: se pliega en 13,5 segundos, operación que puedes hacer en marcha, a una velocidad de hasta 60 km/h. Pero en ese caso, mejor que te plantees un viaje ligero de equipaje, porque mientras el Spider traga 255 litros cerrado, lo que es adecuado para los fines de semana, cuando va abierto, el volumen total se reduce a 170. De hecho, la funda protectora para el equipaje tiene una forma específica para dos trolleys de cabina. Los desarrolladores pensaron en eso. 

Premios Motor Axel Springer 2023: elige los mejores coches del año

Me ha sorprendido, además, un innovador deflector de viento aerodinámico que, plegado, actúa como respaldo trasero. Se puede activar desde el asiento del conductor a velocidades de hasta 180 km/h y reduce notablemente las turbulencias en la zona central del habitáculo. La alargada consola central que divide la zona del conductor y la del acompañante, al igual que el interior en general, procede del coupé.

El diseño exterior, por supuesto, siempre es subjetivo, pero en mi opinión el Roma Spider es uno de los pocos coches que parece más armonioso cuando está cerrado que cuando está abierto. Esto se debe a que Ferrari puso especial énfasis en preservar la línea del techo del coupé con la mayor precisión posible. 

Motor

Las turbulencias de otro tipo las provoca el tren motriz compuesto por el ya mencionado ocho cilindros, incluido el doble embrague de ocho velocidades. El biturbo convence por sus características casi de atmosférico, y es que  entrega la potencia inicialmente de forma sutil.

Algo muy atípico para un motor de doble compresor, en el que brilla con su capacidad de aceleración casi fanática, arrojando sus 620 caballos hacia el eje trasero sin resuello hasta llegar nada menos que a 7.500 rpm. 

Comportamiento

¿Y la dirección? Pues solo el sistema de objetivos electrohidráulico de McLaren se acerca a la capacidad de comunicación de la de este Ferrari. Y es que conceptualmente, el Roma atrae por su filosofía de querer mantener las manos del conductor en el volante, aferradas en todo momento.

Pero claro, tanta precisión tiene un precio, y más si es un Ferrari: parte de unos 250.000 euros, lo que ni impide que las listas de pedidos ya es se estén llenando a marchas forzadas. 

 Conclusión

Independientemente de si te parece que el Roma es bello o no, la experiencia de conducción difícilmente puede compararse con cualquier otro coche de este planeta.  El sonido y la alegría de girar en cada curva son difícilmente igualables, más cuando puedes sentir esta experiencia a cielo abierto.