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Citroën DS3 Ultraprestige THP 155: más cool

El Citroën DS3 Ultraprestige es la coronación de la gama del pequeño utilitario: más equipamiento de serie, ajustes y materiales cuidados, y una imagen muy ‘cool’.

El Citroën DS3 Ultraprestige es de esos modelos con los que no pasas desapercibido. Si te gusta que te miren al pasar o en los semáforos con un coche de menos de cuatro metros, esta es una seria alternativa. Ya sé que estarás pensando que para provocar miradas, qué mejor que un Mini. Y en parte estoy de acuerdo, pero también te digo que el modelo que tengo en mis manos no le va a la zaga, y con una relación precio/equipamiento algo más interesante.

Sobre todo porque Citroën ha querido explotar todas las posibilidades de su DS más pequeño con un nuevo acabado denominado Ultraprestige, que pone la guinda tanto en el interior como en el exterior con varios elementos específicos. ¿Quieres saber cuáles son? Empiezo por fuera. Fíjate en las llantas de 17 pulgadas con un diseño de cinco radios y color gris. Al revés de lo que puedas pensar, también están disponibles como opción (431 euros) en gran parte de la gama, aunque para esta terminación vienen de serie. Más cosas: el que ves es el color Hickory, uno de los cuatro que están disponibles para este acabado. ¿Cómo saber si estás ante esta terminación tan completa? Fácil: el techo, además de estar pintado en un color contraste con la carrocería, tiene el característico logo DS serigrafiado a modo de mosaico.

En el interior, el Citroën DS3 Ultraprestige lleva de serie la tapicería Bracelet de cuero con un contorneado de los respaldos que sujetan muy bien la espalda a la hora de apretar el ritmo en una carretera de curvas. Como detalle reseñable, ofrecen un curioso degradado hacia la zona inferior (la banqueta es negra) que no ocurre en las plazas traseras. El color blanco también se ha utilizado en el salpicadero y le aporta un toque bastante interesante. Pero antes de que siga descubriendo más detalles de este acabado, me pongo en marcha con el DS3 Ultraprestige. La posición al volante no deja de ser cómoda, aunque los asientos van incomprensiblemente altos. El volante se regula en altura y profundidad, y eso hace que encuentres más o menos rápido una buena posición de conducción.

En cuanto al maletero, los 285 litros que se traga la zona de carga son suficientes para el equipaje de una pareja en un fin de semana. Si necesitas más sitio puedes plegar los asientos y encontrarás hasta 980 litros, aunque no obtienes un fondo plano.

Giro la llave para empezar la prueba y bajo el capó responde un cuatro cilindros de 155 CV y origen BMW. Es el mismo que te encuentras en la gama Mini, aunque en el Citroën DS3 Ultraprestige aparece más civilizado y con cifras de potencia y par más modestas. Va asociado a una caja manual de seis relaciones de tacto correcto que sabe exprimir bien cada caballo de fuerza. El conjunto convence, cosa que no puedo decir de la dirección, de la que exijo más precisión. La respuesta del DS3 con el pie a fondo es buena. Tal es su ímpetu en los primeros metros que las ruedas delanteras pierden la batalla frente al tirón del motor: el ESP hace su aparición obligada. Por su parte, las suspensiones son duras como era de esperar en un coche así, pero quizá también resulten demasiado secas cuando pasas por baches o juntas de dilatación.

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