Logo Autobild.es

'Chapucería' Ferrari

Imagen por defecto

Pensaba que éste iba a ser otro mes de julio más en el que sólo la guerra intelectual entre Belén Esteban y María José Campanario me sacaría del insoportable sopor veraniego, cuando, como agua de mayo, llega el equipo Ferrari y arma la gorda, pero gorda gorda. Desconozco, querido/a lector/a, de qué parte estás –me refiero a la polémica Alonso-Massa, porque con la princesa del pueblo yo no me meto, no vaya a ser que me demande–, pero no me negarás que se han sacado las cosas de quicio. Y a ello han contribuido, sin duda ninguna, los juntaletras de la Pérfida Albión.


Y es que me parece un auténtico ejercicio de hipocresía lo de todos aquellos entendidos de Fórmula 1 que se rasgan las vestiduras con esta supuesta orden de equipo de Ferrari. Ahora va a resultar que el equipo McLaren es lo más parecido a una inocente e inmaculada virgencita que siempre cumple la legalidad... Qué mala memoria tienen algunos... ¿Y el famoso caso de espionaje? ¿Y todas la barrabasadas que se ha marcado el amigo Hamilton? Eso en mi pueblo se llama doble rasero, por muy british que sea.



Bien es cierto que las órdenes de equipo están prohibidas, pero también hay que ser un poco realistas y pensar que al fin y al cabo la Fórmula 1 es un campeonato en el que participan EQUIPOS, y un EQUIPO implica este tipo de acciones. Salvando las distancias, el mejor ejemplo para entenderlo es un equipo de ciclismo: hay un jefe de filas y gregarios. Le guste o no a Felipe Massa, él es un gregario, y Alonso, el jefe de filas. Y punto. Ahora bien, cada uno debe ser asumir el rol que le corresponde, algo que, mucho me temo, no ha entendido del todo el piloto brasileiro.



En cualquier caso, lo de Ferrari es de traca. Porque lo ocurrido en el GP de Alemania es una chapuza más propia de Pepe Gotera y Otilio que de la mejor escudería del mundo. Al ingeniero de Massa sólo le faltó guiñar el ojo y mover compulsivamente la cabeza para que el piloto brasileño captara el mensaje. Y para rematar la chapuza, se despidió con otra perla: "Buen chico, lo siento". ¡Qué sutileza! Ni Mortadelo y Filemón lo hubieran hecho mejor... Vaya tropa.



Le duela a quien le duela, el único que estuvo a la altura de las circunstancias fue Alonso, quien se mantuvo impertérrito y muy correcto ante el juego sucio de los periodistas extranjeros, especialmente los británicos. ¡Chapó! Porque no hay peor desprecio que no hacer aprecio, y este domingo lo que tiene que hacer el asturiano es ganar como él sabe en Hungaroring, y así zanjar la polémica de una vez por todas. ¡Suerte, Alonso!

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.