Vídeo: el estado de un motor Ford EcoBoost tras 300.000 km
Nacho de Haro
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Las normativas anticontaminación cada vez más estrictas obligaron a los fabricantes desde hace unos años a apostar por el ‘downsizing’, una fórmula que pasa por reducir la cilindrada de los propulsores e igualar su rendimiento con respecto a otros motores más grandes sobrealimentándolos. De esta forma, logran reducir el consumo de carburante y las emisiones sin comprometer las prestaciones. En Europa eso significó el nacimiento de propulsores como el 1.0 EcoBoost de hasta 140 CV de potencia (como el del Fiesta Red Edition), mientras que en países como Estados Unidos se tradujo, por ejemplo, en la sustitución de sus enormes bloques V8 por motores V6 más modestos equipados con un turbo o más.
En Europa estábamos más que acostumbrados a los motores turboalimentados, pero no tanto en Estados Unidos, donde muchos compradores se mostraban reacios a aceptar esta tecnología al considerarla poco fiable. Nada mejor que el paso del tiempo (y de los kilómetros) para que descubran que estos motores EcoBoost de Ford son tan robustos como los tradicionales atmosféricos. Este maltratado Ford F-150 equipa un 3.5 V6 EcoBoost, un bloque similar al que podemos encontrar en el nuevo Ford GT o en el Ford F-150 Raptor, una mecánica que tras haber recorrido más de 300.000 kilómetros se encuentra en plena forma. Se nota que su dueño ha cumplido a rajatabla con los periodos de mantenimiento, la principal arma que tenemos para luchar contra las averías.
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Fuente: CarBuzz
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