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Equivocarse con el combustible, error más común de avería

Equivocarse con el combustible, error más común de avería

Rafael García

Equivocarse de tipo de combustible al repostar es uno de los errores más comunes que terminan en avería, según un informe elaborado por la empresa Leaseplan. El estudio revela que otros errores que generan intervenciones mecánicas son olvidar las llaves en el interior del vehículo cerrado o ignorar los avisos de los testigos del salpicadero.

Equivocarse con el combustible es el error más común de avería. Así lo afirma un informe sobre el mantenimiento de los vehículos publicado por la compañía Leaseplan, en el que ha evaluado las principales averías. Dicha investigación ha concluido que equivocarse con el combustible al repostar es el fallo más común, con un 41% del total de los casos estudiados, seguido de olvidar las llaves en el interior del vehículo cerrado (25%) e ignorar deliberadamente los testigos luminosos que aparecen en el salpicadero (23%).

gasolinera

Conocer el tipo de combustible que utiliza tu vehículo y el octanaje es muy importante, ya que echar gasolina en lugar de diésel o viceversa impide funcionar al motor y requiere una limpieza completa de las bujías y del circuito. Aunque hay otras averías frecuentes, por supuesto.

Según este informe, aunque en condiciones normales los vehículos solo acuden al taller una vez al año para hacer la revisión programada por el fabricante, siempre hay factores que contribuyen a que estas visitas sean algo más frecuentes, bien sea por el estado de las carreteras, por un uso intensivo del vehículo, e incluso por un uso incorrecto.

Teniendo en cuenta esta circunstancia, las revisiones programadas por el fabricante como mantenimiento preventivo (cambio de filtros y otras sustituciones previstas por la marca) suponen el 55,8% del total de las intervenciones, mientras que el 44,2% restante, se reparte entre las otras categorías, que representan visitas imprevistas al taller. Este tipo de reparaciones pueden ser cambio de accesorios menores, desgaste mayor (como cambio de amortiguadores o del kit de distribución) y menor (como cambio de batería, de discos de freno o de pastillas), averías complejas (que pueden haber sido generadas por errores como equivocarse de tipo de combustible) requieren reparaciones en el motor, en la caja de cambios, el sistema de inyección, etc.) y averías simples.

El estudio también incluye un decálogo para mantener al coche lo mejor posible. El informe recomienda revisar los niveles del vehículo periódicamente, así como el estado de los neumáticos y, sobre todo, adoptar las precauciones convenientes ante los cambios de estación ya que según un informe del Comisariado Europeo del Automóvil, la mayoría de las averías se registran en invierno.

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