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Comparativa: New Stratos vs Porsche 911 R. Bólidos de otro mundo


Son rivales de circuito: con menos peso, mucha potencia y aún más diversión al volante. Estas son las premisas de las que parten estos dos bólidos singulares, que hoy enfrentamos. Comparativa: New Stratos vs Porsche 911 R.

La base del New Stratos de Michael Stoschek es nada menos que la de un Ferrari F 430 Scuderia, pero con el chasis recortado en 20 centímetros. Las primeras imágenes ya nos asombraron en 2010: recordaba poderosamente al Stratos original, como una pieza de arte en carbono, con su cabina tipo caza de combate, si zaga corta con faros redondos o su morro afiladísimo apuntando directamente al asfalto. Los faros escamoteables no se mantienen, pero en su lugar vemos una luces de LED tras pantallas de plexiglás, que no rompen para nada la estética retrofuturista de este deportivo. Una pena que esta belleza esté limitada a una pequeña serie.

VIDEO: Porsche 911 R, al detalle

Michael Stoschek es el padre del New Stratos, y nos presenta su unidad destinada a test de pruebas, valorada en casi 10 millones de euros. También se trae el rival al que lo vamos a enfrentar, que ha elegido él mismo. Un Porsche 911 R en un poco habitual color negro. Dos coches únicos, solo para nosotros. Los tiempos por vueltas los hará el expiloto de Fórmula 1 y campeón de WTCC Tiago Monteiro, que ha participado en el desarrollo del chasis del New Stratos. Los 540 CV y 519 Nm de par lo extrae de un 4,3 litros V8 de Ferrari optimizado. S encuentran con los 500 CV y 460 Nm del cuatro litros bóxer de Porsche. Los dos, atmosféricos. 

La carrocería del Stratos es de fibra de carbono, y eso debería suponer una ventaja en peso. Lo ponemos sobre la báscula, y lo cierto es que sus 1.365 kilos no son tan contenidos como esperábamos. El Porsche solo pesa 59 más. También lleva aletas de carbono, y su techo de magnesio. Con todo, el Stratos sale ganando en la relación peso potencia: 2,5 kg/CV, frente a los 2,8 kg/CV del 911. Los dos bólidos calzan las nuevas Michelin Sport Cup 2. Los lanzamos al circuito para calentarlos. 

En el 911 R todo encaja como un guante: la ergonomía es perfecta, la mano derecha cae de forma natural sobre la corta palanca del cambio manual de seis velocidades, desarrollado especialmente para este modelo. Piso el acelerador y el empuje del bóxer es inmediato, y sube de vueltas con avidez. A partir de las 3.500 se abren las mariposas del escape Titan, y se pone a aullar como un loco hasta las 8.000.

En las zonas de curvas, el 911 está en su elemento. Pasa aplomado al tiempo que genera una aceleración transversal impresionante, y permite frenar en el último momento. Sorprende la facilidad con la que se puede llevar este Porsche a velocidades de infarto. 
El New Sratos requiere de manos experimentadas. Su batalla más corta y su dirección ultradirecta lo vuelven extremadamente ágil, tanto que provocan un sobregiro en la primera curva. ¿Subviraje? Este coche solo lo conoce de oídas. De modo que conviene cogerle el punto a la dirección, y manejarla con más suavidad. 

La dirección, el motor y los frenos cerámicos trabajan en una armonía supina. Solo se rompe un poco con las inserciones del cambio secuencial, algo rudas. Una cosa que nos ha sorprendido: los buenos acabado de este modelo de preserie se corresponden más con un coche de producción que con un prototipo.

Tiago Monteiro se baja después de la última vuelta. Llega la hora de mirar el crono. El mejor tiempo de Porsche es 1:28,56 minutos. Sin duda una cifra que impone respeto. Pero se nos quedan los ojos como platos cuando vemos la cifra del New Stratos: 1:25,92 minutos. No cabe duda: tiene madera para convertirse en un icono aún mayor que el modelo clásico en el que se basa.

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