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Cinco coches de tracción trasera inolvidables

Los tracción delantera son más habituales y los 4x4 son los más versátiles, pero las sensaciones de un buen modelo de propulsión trasera son incomparables.

Los coches de propulsión trasera tienen un ‘yo que sé, qué se yo’ que los convierten en la opción predilecta de la mayoría de los amantes del motor. Su facilidad para repartir mejor el peso entre ambos ejes, la capacidad para transmitir mejor la potencia al suelo y lo divertido que es controlar un sobreviraje una vez se ha aprendido, transmite unas sensaciones que es difícil encontrar ni en un delantera ni en un total. La historia está llena de ejemplares que han hecho de esta tracción su seña de identidad, aquí van algunos de los más reconocibles.

VÍDEO: No podrás gobernar a estos tracción trasera

Es imposible hacer una lista de este tipo y no incluir en ella al Ferrari F40. El icono italiano es el perfecto ejemplo de los deportivos de antes, una bestia salvaje y analógica que separaba el grano de la paja en lo que a pilotos se refiere. Nada de ayudas electrónicas, solo habilidad pura y dura para intentar domar los 478 CV que el motor V8 mandaba de manera constante a castigar los neumáticos traseros.

El Renault 5 Turbo es uno de los representantes más icónicos del ‘todo atrás’, un auténtico crea viudas que provocó un serio aumento de la siniestralidad en las carreteras de montaña. El eje trasero digería como buenamente podía los 160 CV de su motor, con las ocasionales sacudidas provocadas por el turbo.

Da igual por donde se mire, el Toyota Supra es uno de los modelos japoneses más queridos de todos los tiempos. El prototipo FT1 y la nueva generación desarrollada junto a BMW son prometedores, pero tienen muy complicado llegar al nivel del original. Podemos situar su nacimiento en 1986 (las dos generaciones anteriores fueron el germen tanto de este como del Celica), cuando ya se daba rienda suelta a 204 CV en sus ruedas traseras, pero es su última generación, que se fabricó de 1993 a 2003, la que marcó época con sus 326 CV.

Aunque ha ‘muerto’ este año, el Dodge Viper ha tenido una vida de lo más exitosa. Su estética completamente reconocible y una mecánica de 400 CV que se fue haciendo cada vez más agresiva fueron las claves para convertirle en uno de los estandartes estadounidenses de la deportividad.

Y para terminar nos permitimos una pequeña licencia. Puede parecer pronto para incluir al BMW M2 en la lista, pero dentro de unos años miraremos atrás en el tiempo y será un auténtico icono. Supone una vuelta a los orígenes de lo que debía ser un M: potencia desbocada (370 CV para ser exactos), propulsión trasera y la agilidad derivada de tener el peso más contenido posible. Para muchos uno de los mejores integrantes de la familia deportiva de BMW de la historia.

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