Aston Martin Vantage: ahora con 665 CV
Evolución de la fórmula conocida.
El Aston Martin Vantage es un modelo que vio la luz por primera vez hace 74 años. En todo este tiempo la marca británica ha tenido la oportunidad de pulir su fórmula hasta llevarla prácticamente a la perfección, algo que ha hecho de nuevo en esta nueva generación, cuyas entregas están previstas para la segunda mitad del año.
Su estilo es plenamente reconocible, perfilando todavía más su atlética silueta de coupé, con un largo capó, baja estatura y un voladizo trasero prácticamente inexistente. Además, ha aumentado la anchura de su carrocería en 30 mm, lo que contribuye a darle incluso más presencia y poso.
A esto también aporta la parrilla delantera, un clásico dentro de Aston Martin, con una forma muy familiar, pero que ahora es un 38% mayor, luciendo unas dimensiones enormes que no solo son estéticas, también contribuyen a mejorar un 29% el flujo del aire.
Los faros alargado tienen tecnología Matrix LED, los bajos del paragolpes son de fibra de carbono expuesta, igual que ocurre con los faldones laterales, con el difusor trasero y con los retrovisores; y calza unas llantas de 21 pulgadas que acogen unos frenos con discos de hierro fundido de 400 mm en el eje delantero y de 360 mm en el trasero, pudiendo ser carbocerámico opcionalmente.
La caída del techo es muy suave y da lugar a una zaga muy corta, en la que la vista se va inevitablemente a dos puntos: en la parte superior, a los delgados grupos ópticos LED, en forma de tira que marca el contorno del discreto alerón; en la inferior, a las dos salidas de escape dobles colocadas en los extremos del difusor.
En el interior se mantiene un equlibrio doble. Por un lado, entre el enfoque deportivo y la elegancia que caracteriza a la marca; y, por otro, entre la presencia de pantallas y la decisión de mantener abundantes controles analógicos.
El cuadro de instrumentos digital está integrado en el salpicadero, mientras que la pantalla central de 10,25 pulgadas está ubicada en una posición más baja de lo habitual (por encima están las salidas de aire) y bastante inclinada.
Como es lógico, multitud de detalles dejan constancia de que se trata de un coche de lujo, como pueden ser los cueros empleados en la tapicería, las molduras de fibra de carbono o la presencia de un siste de sonido de 390 W y 11 altavoces firmado por Bowers & Wilkins. Opcionalmente hay disponible uno con todavía más calidad.
El aire familiar se mantiene en su sistema de propulsión, pues cuenta con un motor 4.0 V8 con dos turbos que desarrolla 665 CV y 800 Nm, un 30% y un 15% más que el modelo saliente. Esto combinado con la transmisión automática ZF de ocho relaciones y con la tracción trasera, le permite acelerar de0 a 100 km/h en 3,5 segundos y marca una velocidad punta 325 km/h.
Cuenta también con una plétora de detalles que aseguran su dinamismo: carrocería y chasis más rígidos, un reparto de pesos perfectos del 50:50, mejoras en la suspensión, e-Diff, control de tracción personalizable, Launch Control, etc.
Etiquetas: Coches deportivos
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