Los 5 coches más bonitos del mundo

Seamos sinceros: para gustos los colores. A la hora de confeccionar listas, muchas de ellas son objetivas, hay datos que las respaldan: los coches más rápidos, los más potentes, los más caros… Hay información inamovible que hacen que sean así y no hay duda posible. Pero en otras es simplemente imposible contar con esa seguridad: grandes errores de la historia de la automoción, los coches más feos… o los más bonitos, algo que vamos a tratar hoy. Se trata de apreciaciones subjetivas, cada uno tiene la suya, así que también queremos saber cuáles son aquellos modelos de los que estáis totalmente enamorados.

VÍDEO: ¿Conoces a los 5 deportivos más feos de 2016?

Se suele decir que cualquier tiempo pasado nos parece mejor. Nosotros preferimos mirar al futuro, pero hay que aceptar que la historia del motor nos ha dejado auténticas joyas atemporales por las que no pasan los años y, aunque a día de hoy se fabrican bellezas sobre ruedas, los clásicos se llevan la palma.

Clase, clase y más clase. No hay otro coche en el mundo que destile tanta con el Jaguar E-Type. Producido entre 1961 y 1975, el británico está grabado en la retina de todo amante de los coches gracias a su grácil figura, su largo capó, los característicos faros delanteros y sus llantas multirradio. Los Jaguar modernos son exquisitos, pero eso es porque han heredado buenos genes.

Muchos mirarán a 1953 y se quedan con el original, pero preferimos al de 1963: el Chevrolet Corvette C2 Stingray. Afilado, atlético y con detalles inconfundibles tales como los musculosos pasos de rueda delanteros, las salidas de aire y la luneta trasera dividida. Además, sus 365 CV eran una cifra muy a tener en cuenta en aquella época.

Ver galería

Los siete coches más feos (7 imágenes)

De vuelta a Europa, Alemania tiene algo que decir en esta lista: Mercedes 300 SL Gullwing. El conjunto formado por faros y parrilla, el voluminoso paragolpes delantero cromado… rasgos característicos tiene mucho, pero las que le han valido el paso a la eternidad automovilística son sus puertas: unas alas de gaviota que daban acceso a un habitáculo tan preciosista como el exterior.

Un poco más al sur, desde Italia, llega uno de los toros más destacados de Sant’Agata Bolognese: el Lamborghini Miura. Un deportivo con mayúsculas, extremadamente bajo, pegado al suelo, con una silueta escultural y un sistema de apertura frontal y trasero de lo más peculiar. Sí, se inspiró en el Ford GT40, pero lo superó con creces.

Hay que admitir que esto es una licencia personal pero, dado que no hay ningún representante asiático en la lista, tampoco está de más: el Nissan Fairlady Z. Conocido bajo múltiples denominaciones y comercializado en Japón y Estados Unidos en diversas generaciones, cualquiera de ellas vale. Es un cupé clásico de líneas cuidadas, correctas proporciones y que, además, se presta mucho a realizar preparaciones.