4 formas de tener un coche y conducirlo sin pagarlo entero

Quién dijo que para disfrutar de las ventajas de tener un automóvil hay que firmar un contrato de adquisición no conocía las cuatro opciones que ofrece el mercado actual para conducir un coche si comprarlo.

Elegir una u otra depende, entre otros factores, del tiempo que queramos o necesitemos tener el vehículo a nuestra disposición.

1. Renting

El renting es, de todas las opciones que vamos a analizar en estas líneas, una de la que más se asemeja a la compra tradicional, entre otras razones porque el vínculo entre conductor y coche.

En un contrato de renting es la empresa alquiladora la que mantiene la propiedad del vehículo en los meses en los meses en los que dura la cesión; pero es el titular del contrato quien tiene la posesión del coche a todos los efectos. 

Varias son las ventajas de esta opción. La más citada suele ser la tranquilidad económica. El renting permite saber con antelación, cuánto te va a costar conducir el coche elegido durante el tiempo pactado, pues el usuario pacta una cuota mensual cuya cuantía varía en función de la duración del contrato, los kilómetros a recorrer y los servicios contratados: alquiler + impuestos, mantenimiento, asistencia en carretera y, normalmente, también seguro y cambio de neumáticos.

También merece mención el hecho de que contratar en renting y no comprar permite cambiar de coche cada poco tiempo (normalmente los contratos son de entre tres y cinco años de duración), lo que permite ir mejorando el anterior tanto en sostenibilidad como en seguridad.

2. Leasing

Es frecuente el error de considerar renting y leasing como sinónimos y si bien son dos fórmulas muy similares, existen diferencias entre ambas. Mientras el renting gana cada día contratos entre particulares, el leasing es una opción especialmente indicada para empresas que son las que más partido sacan a sus beneficios fiscales. 

Una de las principales diferencias entre renting y leasing es que en esta segunda opción el contrato debe establecer, siempre, opción a compra. Además, el leasing se establece como norma general con una entidad financiera que es la que asume el desembolso inicial.

En términos de fiscalidad, en el renting, la renta abonada podrá ser deducida del impuesto de sociedades y en el leasing, las cuotas se podrán deducir fiscalmente siempre que se decida ejercer el derecho a compra del vehículo. 

Además, en el renting el vehículo no se activa en balance, por ser un alquiler, y en el leasing financiero sí.

3. Suscripción

Lo de conducir un coche por suscripción es una de las opciones que se está poniendo de moda en los últimos meses. La razón: tiene todas las ventajas del renting (queda todo cubierto con una cuota mensual), pero la duración del contrato es mucho menor.

Los contratos por suscripción pueden durar pocos meses, sin llegar a un año, incluso pocas semanas durante las cuales el titular del contrato disfruta de la conducción como si el coche fuese suyo en propiedad pero sin tener que asumir ni ese gasto ni una relación más larga de lo estrictamente necesario.

4. Alquiler

El alquiler de un coche suele ser la opción más corta en el tiempo de las cuatro que repasamos como fórmulas para disfrutar un vehículo sin comprarlo.

Normalmente los conductores recurren a una empresa de alquiler de coches cuando solo necesitan tenerlo a su disposición durante unos pocos días (desplazamientos de fin de semana, vacaciones...). Esta fórmula tiene cada vez más competencia no solo por la suscripción, también está perdiendo clientes, sobre todo en grandes ciudades, por el carsharing.