Prueba Skoda Scala 1.5 TSI 150

Después de probar hace unos pocos meses la versión de tres cilindros y 110 CV, le ha llegado el turno a la más potente: el Skoda Scala de 150 CV. 

Su fuerza esta vez se extrae de un bloque de cuatro cilindros turbo de poca cilindrada cuyas cifras son convincentes: 250 Nm desde 1.500 vueltas y una puesta en escena ágil, como demuestra un paso de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos. 

En esta ocasión, el invitado para asociarse a este propulsor ha sido el cambio manual de seis relaciones, pero por algo más de 2.600 euros puedes hacerte con la recomendable caja de doble embrague de siete relaciones. 

Interior y equipamiento: podría mejorar

En el interior es constatable el aumento de calidad en materiales y ajustes que ha realizado Skoda en sus últimos modelos (independientemente del segmento). Eso sí, si ahondas un poco no puedes evitar toparte con elementos a mejorar, como el techo, el recubrimiento del pilar A o los plásticos que están en la zona baja del salpicadero y las puertas.

 En equipamiento, una de cal y otra de arena: elementos como la instrumentación digital o el techo panorámico son de serie en este acabado Style, pero después hay otros por los que tendrás que pagar un extra (faros LED, crucero adaptativo, el Drive Mode Select...). 

Con una factura que se va por encima de los 26.000 euros, creo que Skoda debería haber hecho un esfuerzo por incluir muchos de estos elementos de serie.

Espacio interior: sin queja

Donde no vas a tener queja es en el espacio interior. La habitabilidad realmente está muy bien conseguida y sigue sorprendiéndome cómo la marca checa ha encontrado tantos centímetros para los ocupantes de su Scala (sobre todo en los asientos traseros). 

Y no debes olvidar la capacidad de un maletero que puede acoger desde 467 litros hasta 1.410 litros (el accionamiento eléctrico del portón cuesta 395 euros).

En marcha

Es la variante más potente, pero su carácter es tranquilo y busca siempre dotar al pasaje del todo el confort posible. Todo fluye: dirección, cambio, frenos... 

No le puedes reprochar nada y solo si quieres avivar el ritmo de vez en cuando te recomiendo que instales el Drive Mode Select (para que sientas un poco más tenso a este Skoda, cuyo chasis aguanta bien los cambios de apoyo moderados).

En cuanto al motor es suficientemente alegre como para no tener que echar mano al cambio en cada repecho, pero lo mejor es su consumo, muy razonable. Así que, en conjunto, este Scala me ha convencido con sus argumentos y una lógica aplastante. 

La opinión del redactor 

Me gustan los coches como este Scala, sobrios y sin excesos, pero con los que te encuentras cómodo desde el primer kilómetro. ¿Electrificación? De momento no quiere saber nada de eso y le hace perder atractivo. También es cierto que encarecería un modelo que, en sí, está lejos de ser una ganga.