Prueba en el día a día: BMW M8 Competition Gran Coupé

Un se siente como en casa dentro de un BMW M8 Gran Coupé en viajes largos. Esta es la prueba de la berlina deportiva en el día a día

Cubrir unos 1.700 kilómetros desde Hamburgo a Tegernsee con vuelta incluida es el desafío perfecto para nuestro BMW M8 Gran Coupé. Y para mí. Porque a bordo está mi (futuro) suegro Ronald. Ya me puede salir bien. 

Cualquiera que piense en un automóvil rápido y de alta potencia cuando escucha la palabra clave GT, que preferiblemente rueda a lo largo de la Costa Azul a 25 grados y al sol, no está del todo equivocado. Al menos para la primera parte.

En 3,2 segundos de 0 a 100 km/h y una velocidad máxima de 305 km/h no son solo una declaración sobre el papel de este BMW. Pero digamos que el clima de esta parte del norte de Europa sencillamente no casa con el savoir-vivre. 

Tres cortantes grados bajo cero en Hamburgo, más un viento helado. ¿Y el sol? Hace tiempo que no se ve algo así por estos lares. 

Pero Ronald, al menos, está bastante emocionado. "Guau, ¿vamos a ir en ese coche?" No puede esperar para entrar. Pero una vez dentro, cuando observa los asientos de carbono opcionales, le entran las dudas: "¿Se pueden recorrer aquí dentro largas distancias?"

Lo kilómetros y las horas vuelan en la “Autobahn”. El BMW M8 Gran Coupé se siente como en casa en viajes largos. Sí, los asientos tienen aspecto de baquets y agarran el cuerpo deportivamente, pero también son extremadamente cómodos. 

La comodidad de conducción excepcional, y además es agradablemente silencioso: puedes charlar fácilmente casi susurrando, mientras disfrutas de fondo del suave y sonoro zumbido del motor V8 de 4,4 litros, que ronronea impasible a 180 km/h. 

BMW M8: un Gran Turismo típico

El chasis es comunicativo y el recorrido de los muelles corto, pero ofrece un nivel muy alto de confort. ¡Difícil de creer con tales prestaciones de deportivo! 

La dirección está agradablemente afinada y no es demasiado nerviosa en la posición media, lo que hace que la conducción en la autopista sea aún más relajada. Un Gran Turismo típico.

Ronald, que cierra un momento los ojos en los asientos traseros y escucha el gran sonido del sistema de alta fidelidad, también lo piensa. ¿Se habrá quedado dormido? Da igual, existe un remedio para despertarle: pisar el acelerador. 

Inmediatamente, los 625 CV lo empujan un poco más fuerte contra el respaldo, al tiempo que el coche sale disparado hacia adelante. Mientras los camiones luchan por conquistar las montañas de Kassel, nosotros los sobrepasamos pasamos volando por el carril izquierdo… en octava marcha.

La tracción total (xDrive) y los buenos neumáticos de invierno Michelin aseguran el agarre incluso con la nieve y el hielo que aparecen puntualmente. No es de extrañar, después de todo, el bávaro se siente como en casa aquí en las montañas. 

A última hora de la tarde llegamos a nuestro destino. Llegamos seguros y cómodos (¡los asientos definitivamente pueden cubrir largas distancias!). Balance: diversión de conducción insana y mucha comodidad al mismo tiempo, no podría ser mejor. Cuando cuatro tipos en un Mercedes te levantan el pulgar al mismo tiempo, debe ser algo especial.

Y además, práctico

El maletero de 440 litros ofrece mucho espacio para un equipaje medio, y aunque la “escotilla” de acceso es relativamente estrecha, la “cueva” es enormemente profunda. 

Dicho esto, El M8 Competition definitivamente no es un automóvil para todos los días: es muy grande para aparcarlo, consume mucho y le sobra motor por todos lados. Además, salir y entrar de sus bajísimos asientos no es precisamente una maniobra cómoda, y exige estar en forma. 

Pero sí es excepcionalmente agradable de conducir en el día a día. Y, desde luego, es el mejor aliado imaginable para viajes largos: cómodo y divertido como buen deportivo que es.