Prueba Audi S8 2022: la berlina de representación de altos vuelos

Como es de recibo, y más aún al tratarse del buque insignia de la marca, la cuarta generación del A8 recibe su correspondiente lavado de cara de mitad de ciclo. También se suma a la operación estética, obviamente, el de la prueba, el Audi S8 2022, que presume de cambios en su diseño y de mejoras tecnológicas para estar a la última.

Tras pasar por el quirófano del doctor Marc Lichte, el jefe de Diseño de Audi, la parte inferior de la parrilla Singleframe es más ancha. Una parrilla que, por cierto, adopta una nueva trama realmente atractiva. Como también lo son los faros, que ahora utilizan la tecnología Digital Matrix LED DMD (dispositivo digital de microespejos).

Y hablando de luces, me quedo embobado con los pilotos digitales OLED y sus firmas visuales. Respecto al Audi A8, el S8 suma una más, por lo que el cliente de la berlina deportiva podrá elegir entre tres. Da igual cuál sea la elección, porque estos diodos orgánicos emisores de luz son hipnóticos... aunque también tienen una función con la que aumenta la seguridad de los pasajeros: si otro vehículo se acerca por detrás a menos de dos metros, se activan todos los segmentos para llamar su atención.

No podían falta dos sellos característicos del Audi S8: la doble salida de escape a cada lado y las carcasas de los retrovisores en aluminio. Se suman unos listones cromados en la parte inferior del paragolpes delantero, en el difusor posterior y en los estribos laterales, que tienen una forma cóncava.

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Parece ciencia ficción, pero no lo es: al acercar mi mano al tirador de la puerta, veo cómo la carrocería sube por sí sola hasta 50 mm para facilitar la entrada -también lo realiza al salir del habitáculo-.

Una vez situado en sus comodísimas butacas con función masaje observo el interior. Un interior que, por cierto, guarda la misma elegancia y cuidado por los detalles que el modelo de 2018 (puedes verlo en el siguiente vídeo). También el diseño, que no se ha visto alterado -lo cierto es que no le hacía falta puesto que sigue siendo tan actual como cualquier modelo de gama alta recién parido-.

Si me preguntas dónde preferiría viajar en el A8, dudaría si responderte "en las plazas traseras" o "en las delanteras". Pero en el caso del coche de la prueba, el Audi S8, no tengo ninguna duda: al volante. 

Es un honor ser el artífice de que su motor V8 biturbo, al pulsar el botón de encendido con mi dedo, cobre vida. Por desgracia, ese sonido, la medicina para un paciente alicaído, no es tan habitual escucharlo entre tanto tres y cuatro cilindros que abundan en nuestro mercado. Por eso lo valoro aún más. Y si encima es maridado por el del escape, que es más rotundo gracias a las mariposas que lleva instaladas, mano de santo, como diría mi abuela.

Y más aún cuando en carretera compruebo sus excelentes bondades, siempre acompañadas del magnífico sonido que deleita mis oídos. Gracias a una potencia de 571 CV y un par máximo de 800 Nm entre 2.050 y 4.500 rpm es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 3,8 segundos, y digo solo porque se trata de una magnífica cifra a la cual pongo aún más en valor al ser conseguida por una berlina de 2.295 kilogramos y 5,20 metros de longitud. Ahí es nada.

La guinda la pone el cambio tiptronic de ocho relaciones, que es tan rápido como suave, excepto en el modo Dynamic, que como buen deportivo regala esos tironcillos cuando sube o baja de velocidad. Esta obra de ingeniería puede cambiar de hierro incluso cuando el motor de combustión no está en marcha gracias a una bomba de aceite eléctrica.

Pero esa aceleración brutal también va acompañada de un comportamiento muy bueno en curva, siempre sin descuidar la comodidad de los pasajeros. El Audi S8 equipa diferencial central autoblocante y diferencial deportivo -distribuye activamente el par entre las ruedas traseras-, así como tracción quattro y dirección dinámica a las cuatro ruedas, todo ello de serie.

La velocidad sin control no sirve de nada... rezaba una campaña publicitaria de una conocida marca de neumáticos allá por 1995. Por eso, de frenar esta bestia de más de dos toneladas se encargan unos enormes discos de freno carbocerámicos (opcionales) que por tamaño podrían pasar por una paella para cinco comensales; créeme, no exagero. Es acariciar el pedal y ejecutan la acción sin ningún titubeo y de forma muy eficaz. Me han sorprendido gratamente. 

A pesar de tratarse de la versión más deportiva de la gama, Audi no descuida la comodidad, y por ello le brinda todos los avances tecnológicos como la suspensión activa predictiva, que puede actuar sobre cada rueda de forma individual a través de un motor eléctrico para regular la posición del chasis. También trabaja junto con la cámara frontal para reconocer las irregularidades de la calzada y regular la suspensión. 

Asimismo, inclina la carrocería en curva hasta tres grados para reducir la aceleración lateral que actúa sobre los ocupantes -eleva el lado exterior y baja el interior para que a velocidades entre 80 y 130 km/h y una aceleración lateral de hasta 0,4 g los virajes apenas se notan-.

Termino la prueba del Audi S8 2022 con un muy buen sabor de boca. Por suerte, sigue siendo una berlina cómoda pero también deportiva que ahora es aún más sugerente. Por desgracia, sigue siendo una berlina cómoda y deportiva al alcance de muy pocos bolsillos: desde 168.840 euros.