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¿Por qué si el precio del petróleo baja, el de la gasolina y el diésel no?

El precio del petróleo baja a como antes de la guerra, ¿y la gasolina?

La pregunta que miles de conductores se hacen cada vez que van a repostar. ¿Por qué el precio de la gasolina y el diésel no baja cuando sí lo hace el del petróleo?

Ya llevamos más de un año en el que los precios de los carburantes están muy por encima de lo que se pagaba en 2021, por ejemplo. La verdadera subida comenzó en febrero del año pasado, cuando se produjo la invasión de Ucrania, y aún no hemos recuperado los precios previos a la guerra.

De hecho, los máximos históricos en los precios de los combustibles se alcanzaron durante el verano de 2022, cuando la gasolina y el diésel se vendía a más de 2 euros por litro repostado. Desde entonces, los precios han ido bajando, pero aún están lejos de lo que se puede considerar normal. 

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De hecho, a finales de abril de 2023 la gasolina de 95 octanos aún se paga de media en España a 1,63 euros/litro, mientras que el del diésel tiene un precio de 1,47 euros/litro.

Y todo esto, a la vez que se produce una bajada generalizada desde hace ya varios meses del precio del petróleo, una caída que se sitúa alrededor del 30% y que no se ve reflejada en los precios que encontramos los conductores en las gasolineras, lo que lleva a muchos a preguntarse por qué si el precio del petróleo baja, el de la gasolina y el diésel no.

¿Por qué si el precio del petróleo baja, el de la gasolina y el diésel no?

Son varios los motivos que condicionan que el precio del combustible aumente abruptamente cuando se dispara el coste del barril de petróleo, pero que no baje al mismo ritmo, algo que en la industria se le conoce como “efecto pluma”.

Principalmente se debe a dos factores que provocan que el precio de la gasolina y el diésel no baje al mismo ritmo que el del petróleo. El primero tiene que ver con la moneda en la que se fija el precio del barril de Brent, que es el que usamos de referencia en Europa. 

Y es que el precio se mide en dólares, una moneda que, desde hace tiempo, es más fuerte que el euro, algo que ayuda a poder regular los precios del combustible y que el Viejo Continente tengamos que pagar más por el litro de carburante.

El otro factor es que los combustibles tienen su propia cotización en el mercado, una cotización diferente a la del precio del barril de petróleo, lo que hace muy difícil que los precios suban y bajen con la misma intensidad que lo hace el crudo.

Etiquetas: carburantes

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