Además de llevarnos hasta el destino que le indicamos, la aplicación de Google Maps habría permitido ahorrar 1,2 millones de toneladas de CO2 desde que incluyó la función de sus rutas ecológicas a finales de 2021, según el último informe medioambiental de la propia compañía.

Desde entonces, la app de Google permite a los usuarios elegir entre la ruta más rápida o la más ecológica, que no siempre son las mismas y, según calcula el gigante tecnológico, ese ahorro de emisiones equivale a retirar de la carretera unos 250.000 vehículos de combustión interna durante un año.

Google Maps habría ahorrado 1,2 millones de toneladas de CO2 con sus rutas ecológicas

La función de rutas ecológicas que lanzó en Estados Unidos a finales de 2021 y, poco a poco, se ha extendido en Canadá, 40 países europeos y Egipto. Para activarla, sólo hay que pinchar en ‘Opciones de trayecto’, una vez introducido el destino, y seleccionar ‘Dar prioridad a rustas con ahorro de combustible’.

Además, si los conductores introducen también el tipo de coche (gasolina, diésel, híbrido o eléctrico), los algoritmos de Google Maps optimizan aún más las opciones de ruta.

Google Maps se actualiza con un truco para ahorrar tiempo y tareas repetidas

La empresa tecnológica afirma que, a la hora de hacer estos cálculos, tiene en cuenta aspectos como que los diésel son más eficientes a velocidades de autopista y que los híbridos funcionan bien a baja velocidad.

Para los coches eléctricos e híbridos enchufables, la app incluye funciones específicas, como la ubicación de puntos de carga, tipo de puerto, disponibilidad y velocidad de carga. 

Y no obstante, una mayor huella de carbono…

Si bien ahorrar 1,2 millones de toneladas de CO2 está bien, es poco comparado con la huella de carbono que dejó Google en 2022. El informe indica que la compañía emitió más de 10 millones de toneladas métricas de CO2 en 2022, el equivalente a 25 centrales eléctricas de gas, según The Verge.

La empresa aún tiene un largo camino por recorrer antes de alcanzar su objetivo de reducir a la mitad sus emisiones en 2030. Con un punto de partida en 2018, cuando emitió 13,6 millones de toneladas de CO2, los avances parecen ir muy lentamente.