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Cuidado, pueden robarte el coche con el truco de la lata

Truco de la lata

Unas veces por sencillas, otras por ser extremadamente sofisticadas, todas las técnicas empleadas por los amigos de lo ajeno resultan sorprendentes. La que te desvelamos en las próximas líneas entraría en el primer grupo...

Quién dijo que en lo que técnicas de sustracción está todo inventado estaba bastante confundido. Y no solo porque la tecnología tenga también su lado oscuro (hace unos días desvelábamos en qué consiste el man in the middle que han importado desde el otro lado del charco), sino porque el ingenio da para mucho y una simple lata puede servir para robarte el coche.

¿Una lata? Sí, una lata de tu bebida favorita puede convertirse en una trampa que dejará indefenso ante los delincuentes que han decidido que tu coche será su próxima víctima.

 

El truco de la lata para robarte el coche

¿Recuerdas esa imagen de película en la que un vehículo acicalado para la ocasión abandona el banquete de bodas con unas cuantas latas atadas con una cuerda al paragolpes trasero? Pues es la representación del truco de la lata.

Tan antiguo como el timo de la estampita, los ladrones que recurren a este truco aprovechan el tiempo que el vehículo permanece estacionada para atar una o varias latas de metal al paragolpes, el tubo de escape o la matrícula. 

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Trataran de colocar la o las latas de manera que cuando el conductor se acerque al coche no las vea y solo se percate de que hay algo extraño cuando, una vez en marcha y al golpear contra el suelo empiecen a emitir un ruido extraño.

Si todo avanza según lo que esperan los ladrones, el conductor se parará (recuerda hacerlo en un lugar seguro) para comprobar qué sucede y de procede el ruido del coche. Lo habitual es que dado que se espera sea una parada rápida el propietario mantenga el motor encendido y las puertas abiertas. En ese momento, el ladrón que espera preparado aprovecha el momento de despiste para acceder al habitáculo y llevarse el coche a toda velocidad para sorpresa de su dueño.

De este relato aprendemos la lección: en caso de escuchar un ruido extraño comprueba que puedes seguir circulando y aléjate del lugar ya que si estás siendo víctima del truco de la lata el ladrón no estará muy lejos. Si tienes que apearte del vehículo para el contacto y no dejes las llaves puestas. Además, extrema la precaución al volante por si el ladrón de turno es, además, violento.

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