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Los coches te están espiando (y tu no lo sabes)

Los coches te están espiando
Y si solo fueran ellos…

Vivimos en la era de la información, algo que se supone que todos tenemos más o menos presente pero a lo que, en realidad, tampoco prestamos excesiva atención. Todo el mundo que esté leyendo esto ha hecho clic en “Acepto las condiciones de servicio” varias decenas o centenas de veces sin preocuparse por lo que estaba firmando, aún cuando en la mayoría de los casos suponga facilitar el acceso a nuestros datos o dispositivos móviles. Es por eso que, aunque os digamos que los coches te están espiando, lo más probable es que penséis “ya, ¿y qué?

Utilizar automóviles para tareas de espionaje no es algo nuevo, y es que ya desde hace décadas se han empleado como lugares desde los que realizar dispositivos de vigilancia. Sin embargo, esto que suena muy a película policíaca, ha pasado a ser el pan nuestro de cada día en la actualidad, en la que cualquier coche de la calle cuenta con una cantidad de tecnología que le convierte en una máquina de espiar, ya sea de manera voluntaria o no.

Saber dónde estamos en todo momento

El coche conectado tiene infinidad de beneficios entre los que podemos encontrar recibir información en tiempo real sobre el tiempo o el estado del tráfico en un viaje que estamos realizando, la localización de puntos de interés cercanos a nuestra posición, etc. Pero ello tiene un coste y es que se sabe nuestra localización en todo momento al estar activado el GPS, por lo que es realmente fácil que nos sigan la pista, ya no malhechores, si no incluso la propia marca que nos ha vendido el vehículo.

La escucha indiscreta

Cuando se anuncia que un vehículo tiene Inteligencia Artificial o sistemas de reconocimiento y comandos por voz, se expone como una ventaja, y no vamos a negar que es realmente cómodo poder realizar peticiones al coche solo con hablarle, o que es muy útil que éste se vaya ajustando a nuestros gustos y preferencias conforme hacemos un mayor uso de él.

Sin embargo, esto viene al coste de que el coche, como ocurre con otros dispositivos inteligentes como nuestro smartphone o los altavoces tipo Alexa, nos escuche y “cotillee” de manera indiscreta nuestras conversaciones. ¿O acaso creías que esa publicidad tan interesante de Instagram, relacionada con tu última llamada telefónica, era fortuita?

El peligro de los hackers

Todo lo que hemos dicho hasta ahora podría considerarse espionaje “legal” al que seguramente todos hayamos dado consentimiento de una manera u otra. Es invasivo, sí, pero tiene fines comerciales en su mayoría, buscando vendernos cosas en función de los datos que sacan de nosotros.

Sin embargo, la cantidad de tecnología que existe en cada coche también le pone las cosas más fáciles a los hackers, que campan a sus anchas con una mayor facilidad que cuando todo era más analógico.

Cada dos por tres salen a la luz casos de hackeos más o menos graves, un ladrón bastante ducho es capaz de entrar y arrancar un coche con acceso KESSY (sin llave) en un abrir y cerrar de ojos, incluso aunque se trate de vehículos premium; es realmente fácil extraer datos del vehículo y de los smartphones que se conecten a él, las cámaras también son susceptibles de ser hackeadas…

¿Quieres saber cuál es tu coche ideal?

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