Ya hemos visto en primera persona al Mazda CX-80 y promete ser un gran SUV familiar de siete plazas. Si alguna vez has pensado que te gustaría tener un gran SUV de Mazda, pero 5 plazas se te quedan escasas, aquí tienes la solución, el Mazda CX-80. 

Vamos a verlo en detalle. Empezaremos por el frontal, ¿cómo no? Lo primero que llama la atención es su enorme parrilla, ya la conocíamos del CX-60 y el CX-90, aunque este último no se vende en Europa, solo en Japón y Estados Unidos.

Otra cosa que me llama la atención es la pequeña banda de LED que desemboca en unos faros bastante compactos para el tamaño del coche. Los faros son siempre de LED en todas las versiones, y en la versión superior Homura son faros de LED Matrix. 

El frontal, en definitiva, tiene un aspecto imponente, y no menos imponentes son sus dimensiones. De largo mide nada menos que 5 metros, aunque deberíamos decir que son 4,99. De ancho, sin contar los espejos retrovisores, son 1,89, y de alto mide 1,71 metros. 

La batalla es de, atención, 3,12 metros y eso, en teoría, debería suponer muchísimo espacio interior. Las llantas, por cierto, para el modelo de Europa van a ser siempre de 20 pulgadas, aunque las puedes elegir en diferentes diseños. Y ahora, vayamos a hacer la zaga.

Las luces detrás son exactamente iguales que las del CX-60, solo que agrandadas, pero vayamos a lo más interesante detrás: vamos a abrir el portón. Cuando tenemos la tercera fila plegada, tenemos 687 litros de volumen, y si abatimos la segunda fila podemos llegar hasta los 1.971 litros.

¿Y si tenemos las 3 filas de asientos? Pues se queda en 258 litros Digamos que es una cifra suficiente para hacer una pequeña compra. Y ya que hemos empezado a hablar del interior, voy a tomar asiento. Y empiezo por los asientos de la tercera fila. 

Aquí voy bastante estrecho. Pero Mazda ha dicho que estos asientos son aptos para personas de hasta 1,70. Y yo, claro, mido 190. Yo podría estar aquí para trayectos cortos y puntuales, pero desde luego no para largos viajes. Sin embargo, he de decir que curiosamente sí que tengo bastante espacio para la cabeza. 

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Y ahora, voy a pasar a la segunda fila. Aquí la cosa cambia y mucho, tengo espacio de sobra para las piernas y tengo aún más espacio para la cabeza que en la tercera fila. Tengo que deciros que estamos en el equipamiento superior, de modo que aquí tenemos dos asientos individuales y una gran consola central con portavasos y un espacio extra.

En las versiones más bajas de serie viene con 3 asientos, que por cierto son deslizables hacia adelante y hacia atrás individualmente. Por otro lado, vemos mucho recubrimiento de cuero y superficies bien mullidas en general, lo que desde luego, da una impresión muy premium. 

Igualmente, tengo un control de climatización para la segunda fila y los asientos son tanto ventilados como calefactables. Por supuesto, esto depende de los equipamientos, y os recuerdo que estamos en el equipamiento superior. Otro detalle son los dos puertos USB C con los que puedes cargar el móvil, la tablet o cualquier dispositivo. 

¿Y dónde se encuentra más a gusto un apasionado de los coches como yo? Pues exactamente detrás del volante, la impresión general es de mucha calidad. Todos los materiales del salpicadero se sienten sólidamente ajustados. En el medio tenemos una pantalla de 12,3 pulgadas para el infoentretenimiento y de serie en todas las versiones lleva Apple Carplay y Android Auto sin cables.

Este tipo de equipamiento es habitual en este segmento, pero hay una cosa que me gusta de Mazda. Y es que no pretende que su interior sea completamente digital, por eso tenemos en medio una rueda con la que incluso puedes controlar el volumen de la radio, y un módulo con mandos físicos para el climatizador.

Por otro lado, tengo que decir que me gustan mucho los tonos claros de la tapicería en contraste con el negro del interior. Y tengo que decir que este coche pide a gritos un techo panorámico y sí, lo puede llevar, pero siempre es una opción. Y ahora voy a hablaros de la motorización.

A diferencia de su número de plazas, la oferta de motores es más escueta. Y es que solo disponemos de 2 bloques. El que tenemos aquí es un híbrido enchufable con 327 caballos y la posibilidad de circular en modo eléctrico hasta 53 km. No es una cifra para echar cohetes, pero desde luego es suficiente para recorridos habituales en ciudad. 

El otro motor es un diésel de 3,3 litros y 244 caballos. Un detalle muy importante es que todas las versiones vienen con tracción integral. Y en cuanto al precio, de momento no nos han dado datos muy concretos, pero Mazda dice que costará en torno a 4.000 o 4.500 euros más que el equivalente del CX-60.

Si tenemos en cuenta que el CX-60 básico cuesta 48.000 euros, calculo que el CX-80 partirá en torno a los 52.000 euros. Si te interesa este modelo, deberás esperar hasta verano, que es cuando se abrirán las peticiones, y llegará a los concesionarios en septiembre.