Uno de cada dos conductores va drogado al volante

Según los datos publicados por la DGT tras finalizar su campaña especial, uno de cada dos conductores dio positivo en los controles de drogas que fueron realizados en las carreteras españolas. 

Foto: Víctor Henao.

Los controles de drogas fueron realizados a aquellos conductores que mostraban síntomas de haber cosumido o bien alcohol o bien otro tipo de sustancia. Primero fueron sometidos a un test de alcoholemia y, si daban negativo, luego se les sometía al de drogas. Dar positivo en este test supone una sanción de 500 euros y la pérdida de seis puntos en el carné. 

La Guardia Civil realizó los controles de drogas a los conductores en diferentes horas, lugares y vías, como ya indicaron al inicio de la campaña contra las drogas. El 50% del centenar de test que se realizaron dio positivo, lo que pone sobre la mesa unas cifras preocupantes de las que ya se alertó en el Proyecto Druid. 

Desde el inicio de 2012, 2.259 conductores han sido sometidos a estos controles de drogas. 1.304 dieron positivo a algún tipo de sustancia psicoactiva, un 56% del total. El consumo se centra especialmente en el cannabis y la cocaína. Le siguen de cerca los opioides, la metanfetamina y las anfetaminas. Uno de los conductores que fue sometido a estos test durante la campaña presentaba sintomatología evidente de conducir bajo la influencia de las drogas, por lo fue puesto a disposición judicial imputado por un delito contra la seguridad vial.

A partir de ahora, la DGT pretende intensificar este tipo de controles preventivos para que convivan con los de alcoholemia y concienciar a los conductores de lo peligroso de conducir bajo la influencia de estas susttancias. La generalización de estos controles de drogas tienen por objeto reducir los accidentes en carretera provocados por el consumo de sustancias estupefacientes.

Los controles de drogas se realizaron en toda España, excepto en Cataluña y País Vasco, cuyas competencias de tráfico están transferidas. Conducir bajo la influencia de alguna de estas sustancias psicoactivas eleva entre dos y siete veces el riesgo de provocar (o sufrir) un accidente en la carretera.